miércoles, 25 diciembre, 2024

Por la caída de la natalidad, en dos años habrá más vacantes en jardines de infantes

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La caída de los nacimientos en Argentina llevaría a que en el año 2026 el sistema educativo podría ofrecer vacantes para todos los niños de 3, 4 y 5 años. Esto sucedería sin necesidad de aumentar la inversión, sino manteniendo la misma cantidad de vacantes que en 2023, según se dedujo del informe «10 años de la obligatoriedad de la sala de 4 en Argentina», publicado esta semana por Unicef.

De esta manera, sería necesario “reestructurar” y “relocalizar” la oferta educativa y asignar los recursos y los cargos docentes a las salas y jardines donde sean necesarios, lo que según explicó Infobae, varias provincias ya están haciendo.

El documento, enfocado en los avances y desafíos en la cobertura del nivel inicial y elaborado por Leandro Bottinelli, coordinado por Yamila Sánchez y dirigido por Cora Steinberg, emitió cifras interesantes. En 2014 hubo 777 mil nacimientos, en 2022 se registraron 495 mil: un 36% menos. En los últimos 10 años, la cantidad de chicos en sala de 5 disminuyó un 8%, pero la tasa de asistencia –el porcentaje de niños de esa edad que están escolarizados– se mantuvo estable en el 98% (es decir, que un 2% que aún no asiste).

Estos datos fueron presentados junto con un grupo de especialistas y de funcionarios de nivel inicial de la Nación y las provincias, en una jornada coorganizada con el BID que abarcó temas como las políticas provinciales de expansión de la cobertura y la importancia de la calidad educativa en la primera infancia.

En Argentina el 91% de los chicos de 4 años asisten al jardín de infantes, mientras que hace diez años asistía el 83%, según los últimos datos oficiales. Este incremento, sostuvo el medio nacional, habría reducido las brechas de asistencia por nivel socioeconómico y por provincia. Estos avances forman parte del balance de 10 años de obligatoriedad de la sala de 4, establecida por ley en 2014.

“El documento presenta una estimación alentadora: señala que, según las proyecciones de natalidad, con solo mantener el volumen global de 1,56 millones de vacantes del jardín de infantes de 2023 bastaría para poder ofrecer una vacante a cada uno de los niños que tendrán 3, 4 o 5 años en 2026″, afirmó Cora Steinberg, especialista de Educación de Unicef Argentina, quien enfatizó la necesidad de una mirada integral sobre la primera infancia.

10 años de sala de 4 obligatoria

La sanción de la Ley Nº 27.045 favoreció un aumento de la matrícula, aunque la tasa de asistencia ya superaba el 80%. La normativa nacional, que obligó al Estado a ampliar la oferta, permitió avanzar con la inclusión del “núcleo duro” de estudiantes que seguían fuera del sistema, según explicó Leandro Bottinelli al presentar el documento.

La sanción de normativas redunda en la incorporación de los sectores más relegados o difíciles de alcanzar como, por ejemplo, la población rural o de menores ingresos”, indicó el informe de Unicef. Además de la ley nacional, 16 provincias tienen sus propias normas referidas a las salas de nivel inicial, algunas previas y otras posteriores a 2014.

Dicha normativa también estableció que las provincias debían garantizar la universalización de la sala de 3, es decir, que haya acceso para toda la población que lo demande, cuya cobertura pasó de 38% en 2014 a 53% en 2023; el incremento se aceleró con la caída de los nacimientos. A nivel nacional, todavía la mitad de los chicos de 3 años no asisten al jardín.

Para lograr estas cifras e impulsar el crecimiento, fue crucial la inversión estatal en infraestructura y en cargos docentes que corrió por cuenta de cada provincia y de Nación en ciertos casos, según se extrajo del informe.

“Argentina es un ejemplo destacado en la región por su compromiso con la educación inicial. Desde que el país estableció la obligatoriedad de la educación inicial para niños de 4 y 5 años, los resultados son alentadores”, aseguró Mercedes Mayol Lassalle, presidenta de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP) a nivel global.

Entre los desafíos para los próximos años, Mayol Lasalle mencionó la ampliación de la cobertura en sala de 3, especialmente en áreas rurales y comunidades marginadas, el fortalecimiento de la calidad educativa, la inversión en infraestructura y materiales para mejorar los espacios, la ampliación de la jornada en jardines con alta demanda y la adecuación de los diseños curriculares, que varias jurisdicciones renovaron en los últimos años.

Y aquí destacó que “la combinación de una menor presión demográfica, la ampliación de recursos ya disponibles y un marco normativo sólido permiten proyectar un futuro en el que todos los niños y niñas de Argentina, independientemente de su origen, puedan acceder a una educación inicial que garantice su desarrollo integral y el ejercicio pleno de sus derechos”.

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