En diálogo con Canal E, el tributarista Guillermo Poch aseguró que la legislación laboral argentina “quedó en el pasado” y llamó a pensar un sistema más flexible, acorde a los cambios sociales y productivos.
En un contexto de fuerte debate público y movilización sindical, Poch, uno de los tributaristas más escuchados del ámbito empresario, puso sobre la mesa una mirada crítica sobre el régimen laboral vigente. “Creo que nuestra ley laboral quedó en el pasado”, afirmó, al comparar la normativa con hábitos sociales que ya no existen. Para Poch, así como cambió la vida cotidiana, también debería hacerlo el marco legal que regula el trabajo.
El especialista explicó que hoy predominan nuevas dinámicas: “La gente lo que está buscando es agilidad, rapidez, trabajo multiempleo”, y advirtió que las sociedades evolucionan más rápido que las leyes. En ese sentido, remarcó que mantener formatos rígidos termina generando más conflictos que soluciones, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.
Una ley que no contempla la realidad actual
Poch sostuvo que la clave debería estar en priorizar la negociación directa dentro de cada empresa. “La norma tendría que contemplar situaciones donde empleado y empleador negocien de la manera que mejor se ajuste a esa realidad”, explicó, y agregó que no todos los vínculos laborales pueden encorsetarse bajo el mismo esquema.
En su análisis, incluso citó una conversación con un integrante del Poder Judicial laboral que le resultó reveladora. “Me parecía relevante que alguien interno diga que tal vez habría que buscar un lugar donde el empresario se sienta un poco más cómodo en la contratación”, señaló, alejándose del discurso tradicional que ubica a una de las partes como el “villano” del sistema.
El tributarista fue claro al rechazar miradas simplistas: “No siempre hay que darle el pinte de que el empresario es el malo o el empleado es el malo”. Para él, el desafío pasa por construir un marco más equilibrado, que entienda al trabajo como una relación humana atravesada por intereses y necesidades mutuas.
La indemnización, bajo una mirada disruptiva
Uno de los puntos más polémicos de la entrevista fue su postura sobre la indemnización. Lejos del consenso habitual, Poch afirmó: “Me parece que la indemnización muchas veces perjudica al empleado”. Según explicó, este mecanismo puede transformarse en una trampa que limita decisiones personales y profesionales.
El tributarista relató situaciones concretas: “Tengo amigos que no se quieren mover del trabajo por la futura indemnización y no la están pasando bien”, dijo, y fue aún más contundente al afirmar que “muchas veces la indemnización hace rehén a la gente”.
Para Poch, el debate de fondo no es quitar derechos sino repensarlos. “Cuando escucho a gente que dice ‘no me voy, la estoy pasando mal por la indemnización’, me parece que le quita libertades”, sostuvo. Desde su mirada, una reforma laboral debería apuntar a generar más movilidad, más empleo formal y relaciones laborales más sanas y productivas para ambas partes.
