“Hablame de fortaleza…”, dice la voz de una mujer. “¡Vamos, vamos que se puede!”, suma un niño. A su paso, exhausto pero firme, un hombre avanza sobre una bicicleta pedaleando con una sola pierna. En la parte final del video, grabado con un celular, se lo ve acompañado de cerca por otro corredor.
Catamarqueño de 39 años, Esteban subió a una bicicleta desde chico. “Empecé con el BMX siendo muy chiquitito, tendría 7 años. Era una época en la que competía ‘Edgardito’ Prevedello y muchos chicos más. Practicábamos en un circuito cerca del vivero Caladio, sobre la Ruta 38 en Valle Viejo. Ahí arranqué con la bici y después, durante toda la adolescencia, hice Descenso hasta los 17 años, cuando me fui a estudiar”, contó.
Obtuvo una beca para estudiar en Cuba y luego se radicó en Perú. De regreso en Catamarca, ya con los títulos de Odontólogo y Radiólogo, comenzó a practicar enduro. Durante una carrera en Las Juntas, en 2015, sufrió un accidente que le provocó una luxación completa de la rótula de la pierna derecha. Fue atendido primero en el Hospital San Juan Bautista y luego en un sanatorio privado. Su cuadro empeoró y debió ser derivado a Córdoba, donde pasó cuatro meses en coma y atravesó 21 cirugías.
El derrumbe emocional
-¿Qué pasaba por tu cabeza en ese momento?
“Pensaba en la cantidad de personas que están pasando por lo mismo y quizá con un perfil parecido al mío: inquietos, con ganas de hacer. Es un freno brusco, como chocar contra una pared. Sentía ansiedad, estrés, miedo, muchos dolores, y además estaba lejos, en otra provincia”, relató.
“Después de tanto tiempo internado y tan mal, te soy sincero: no hablaba, no quería luz en la habitación. Balbuceaba. Estaba con medicación muy fuerte”.
Atravesó un período de “asfixia emocional”. Se sintió desesperado al punto de desear que el sufrimiento terminara. “No lo bancaba. No dormía. Llegué a pesar 42 kilos, tenía escaras en la espalda, en el tobillo, en la nuca, en todos lados”, recordó.
El punto de quiebre llegó en el centro de rehabilitación. “Una persona que tenía amputadas las dos piernas se acercó. Fue la única a la que escuché en once meses. Mi mamá y mis familiares venían con todo el cariño del mundo, pero nada me llegaba. No tenía equilibrio ni fuerza. Cuando esta persona me contó su historia y lo vi salir caminando dije: ‘listo, se puede’”.
La prótesis y el costo de seguir adelante
En esta segunda etapa tuvo que pensar en una prótesis, algo lejos de ser accesible.
La que utiliza es un modelo avanzado, cuyo acceso y mantenimiento implican un costo elevado y una logística internacional compleja.
“Esta parte de la historia es triste porque a otra persona le costaría horrores. Yo tuve que vender la camioneta y una pequeña finca para poder comprarla”, señaló.
Debe cambiarla cada seis años. Los primeros servicios técnicos se realizan en Alemania, y su obra social no cubre este tipo de dispositivos por exceder los límites establecidos. El proceso de service, que demanda entre tres y cuatro meses, incluye el envío de datos de uso a través de una aplicación. El fabricante analiza ese registro y devuelve una prótesis nueva imitando el desgaste de la anterior, para evitar diferencias en la adaptación.
El reencuentro con la bicicleta
Una vez dado de alta, volvió a caminar con la prótesis, pero la bicicleta reapareció casi por accidente.
“No había vuelto a andar. Estaba subiendo de peso y me sentía mal. Me dije: ‘voy a probar’. Me compré la bici para ir al dique una vez por semana y nada más”.
Ese regreso fue inmediato. “Fue como un milagro. Me subí y se me vinieron tantos recuerdos”, recordó.
La primera salida terminó en una competencia improvisada. “Me compré la bici un miércoles y ese fin de semana viajamos a Jujuy para visitar a la familia de mi pareja. Paramos en Salta, vimos inscripciones para una carrera… averigüé y me anoté. Nunca llegamos a Jujuy, ja, ja. Participé en esa carrera y debuté. Increíble. Desde ahí no me bajé más”.
Entrenamiento, equipo y apoyo familiar
El ciclismo le permitió aprovechar los avances de la fisiología del deporte. Con un esquema “bien estructurado”, entrena dos o tres horas por día y obtiene resultados competitivos, combinando sesiones de gimnasio y un plan alimentario acorde al entrenamiento.
Forma parte del equipo del deportista Miguel “Buchingo” Andreatta. “Nos asesora un montón y estoy eternamente agradecido”, dijo.
Su equipo personal lo integran su madre, Grisel; su pareja, Vanina; y sus hijos, Victoria e Ignacio. “Día, tarde y noche apoyan y confían en mí. Los logros son compartidos”.
El salto al Sudamericano
Tras competencias en San Luis y en la Vuelta de Andalgalá -donde se grabó el video viral- llegó su gran anhelo: el Campeonato Sudamericano de XCO Paralímpico en Talcahuano, Chile.
El viaje casi se frustra. “Una semana antes rompí por completo la bicicleta. Me dejaba afuera. Son carísimas y costosas de arreglar. Estuve caminando por la cornisa. Perdí la voz, estaba con estrés”.
Hernán Jais, su mecánico, trabajó contrarreloj. En paralelo, Raúl Ovejero, padre de la biker Maite Ovejero, apareció con una solución: prestarle una bicicleta de respaldo. La reparación llegó un día antes del viaje.
En Talcahuano se encontró con una delegación de 150 argentinos. Allí vivió un momento que no olvida: “Una señora de una iglesia me dijo que mi historia la había conmovido. Se enteró por diarios digitales y llevó a un grupo de chicos para que estuvieran en la carrera. Los conocí, conversé, les mostré cómo funcionaba la prótesis”.
Figueroa Droz se consagró campeón en la categoría XCO Paralímpico y marcó un hito para el deporte adaptado de la provincia.
El sueño del Mundial
En la parte final de la entrevista, Esteban contó su gran objetivo: competir en un Mundial. La cita está prevista para marzo de 2026 en los Nevados de Chillán, Chile.
“Estoy peleando para que la categoría tenga lugar. El principal obstáculo es que es muy nueva”, explicó.
Reflexión final
“La vida no se trata de esperar que pase la tormenta, sino de aprender a bailar bajo la lluvia. Siempre me preguntan cómo hago con los dolores, cómo tengo ganas a pesar de que me falte una pierna. Si soñaba con lograr lo que logré, mi reflexión es esta: somos un 10% lo que nos pasa y un 90% cómo reaccionamos”.
Reconocimiento
El pasado miércoles 19 de noviembre la Legislatura Provincial le entregó un reconocimiento al declararlo de interés parlamentario por su ejemplo como paraciclista.
Texto: Pablo Vera
Fotos: Gentileza de Esteban Figueroa Droz
