viernes, 24 de octubre de 2025 11:02
En el marco del ciclo de charlas que La Mañana de El Esquiú desarrolla en conjunto con el Colegio de Psicólogos, las licenciadas María del Carmen Villalba (Psicopedagogía) y Julieta Lobo Molina (Psicología) analizaron los desafíos que enfrentan los vínculos en las instituciones actuales, con eje en la familia y la escuela.
Las profesionales coincidieron en que “la subjetividad de la época está en gran parte afectada por lo que es la violencia y determinada como un significante amo”, es decir, un concepto que se instala como dominante. “Cuando no hay palabra, produce violencia, se produce un acto, hay un corte de ese lazo”, explicaron. En este sentido, insistieron: “Los vínculos hoy están atravesados por las tecnologías, algunos vínculos por el amor, pero también se atraviesan situaciones de agresiones o de violencias. La violencia forma parte de nuestra contemporaneidad y en muchos lugares se ha vuelto una cotidianeidad en la época”.
A continuación, identificaron una “caída de los ideales” que antes organizaban la vida social. “Antes, quizás en otro momento, la autoridad estaba encarnada quizás en alguna persona, en algún sujeto, y algo de eso hacía que circule de otro modo algunos límites”, señalaron, y contrastaron esta idea con la actualidad, donde “hay algo que se dificulta a veces, que hay alguien que encarne esa autoridad”.
Este fenómeno se replica en las escuelas. “Muchos docentes se encuentran con situaciones de violencia también o de desautorización”, observaron. Frente a esto, las especialistas del Instituto Oscar Masotta destacaron la necesidad de “generar espacios en donde circule el malestar, circule la palabra y podamos escucharnos” como un primer paso fundamental.
El ritmo de la época también fue señalado como un factor de peso. “Vivimos como (…) en un tiempo de la inmediatez, donde todo es urgente, todo tiene que ser ya”, describieron. En este contexto, “no hay posibilidad para la palabra, para detenerse, para ver, mirar al otro o que el otro me mire. Hay un empuje constante a eso, al hacer, al hacer, al hacer y eso es actuar, en el psicoanálisis es actuar, es decir, no hay una palabra que medie”, lo que dificulta la construcción de lazos sólidos. Frente a esto, “quizás el espacio del consultorio, del dispositivo analítico, genera una pausa”.
El desafío, propusieron, está en “poder darse un tiempito para encontrarse con otros y darle algo de espacio, algo de la palabra que pueda circular”. “Qué importante también el rol de las instituciones, de los lugares en donde todos estamos inmersos, para darnos como una pausa, tomarnos un tiempo, escucharnos, mirarnos un poco y poder hacer circular algo de la palabra”, cerraron.
