A finales del siglo 19, el ruso Iván Pávlov descubrió, casi por azar, que la mente podía ser guiada por asociaciones invisibles. Un perro, enfrentado al sonido de una campana, respondía con la misma avidez que frente a la comida. Así nacía la constatación de que un estímulo neutro podía, con la repetición, despertar respuestas tan profundas como las que brotan de la necesidad biológica.
Pávlov no sólo describía el mecanismo de la salivación: abría la puerta a la comprensión de cómo los seres vivos aprenden a obedecer señales que, en sí mismas, carecen de valor. Con el tiempo, otros recogieron sus frutos y continuaron investigando.
Aún en el S19, John Watson trasladó la lógica pavloviana al estudio del hombre, convencido de que lo humano podía moldearse con la misma docilidad que el comportamiento de un animalillo más o menos silvestre. Y luego B. F. Skinner avanzó aún más y propuso un universo regido por refuerzos y castigos, donde las conductas emergen como respuestas a un cálculo de estímulos.
Aquello que parecía una observación de laboratorio se transformó en un dispositivo de pensamiento para leer mejor la cultura toda. El siglo 20 sólo confirmó aquellas primeras intuiciones: la publicidad aprendió a convertir objetos triviales en símbolos de deseo: una marca de puchos evocaba libertad; una bebida prometía amistad eterna; un auto se volvía metáfora de potencia.
En cada caso, el objeto era la campanita, y la metáfora emotiva, la comida. Y todos salivamos.
Ya a mediados del S20, Marshall McLuhan nos explicó que el medio no era un simple canal: era el mensaje mismo, y el mensaje operaba en nuestras fibras más profundas. La sociedad entera empezó a vivir bajo un régimen de estímulos y reflejos.
Hoy esa maquinaria alcanza una escala planetaria. Las redes sociales, con su incesante murmullo, son la nueva campana pavloviana.
Una notificación, un número rojo, un destello en la pantalla: signos triviales que, sin embargo, despiertan la expectativa de recompensa. No importa si se trata de un “me gusta” o de un mensaje breve en Whatsapp: el cuerpo responde antes que la conciencia. Guy Debord habló de la “sociedad del espectáculo”, donde la representación sustituye a la experiencia. Y Manuel Castells describió la “sociedad red”, en la que la comunicación se expande como una trama insondable que envuelve todos los gestos.
Aquello que Pávlov observó en un perro, el mundo digital lo replica en millones de seres humanos, atrapados en una maraña de condicionamientos invisibles, silenciosos y persistentes. Los diarios y los noticieros participan de esa misma lógica.
Un titular alarmante, repetido sin tregua, produce en la mente la misma asociación que la campana con el alimento: miedo, indignación, sensación de urgencia. Noam Chomsky mostró cómo los medios fabrican consenso a través de la repetición y la selección de lo que debe ser visto (y lo que no). Cada vez que un mismo relato se impone, no sólo nos informa: está condicionando nuestro comportamiento.
Vivimos, así, bajo el signo de la campana multiplicada. La diferencia con los experimentos originales es la escala y la sutileza. Ya no estamos en un laboratorio ruso de paredes blancas, sino en un escenario global donde los estímulos se cruzan a cada instante, y las respuestas, nuestras respuestas, alimentan un sistema que mide, calcula y retroalimenta la maraña condicionante.
El condicionamiento clásico se transformó en una arquitectura adictiva de la atención y el apuro. La pregunta que nos queda no es cómo escapar (pues lo siento, amiguitos, pero no hay escape) sino cómo reconocer la campana. En el ruido constante de los medios y las redes, el gesto de tomar distancia se vuelve un acto tan urgente como respirar y tomar agua.
Allí donde todo busca provocar una reacción inmediata, detenerse a holgazanear o pensar, es una forma de recuperar cierto atisbo de libertad. Pávlov descubrió que la mente podía ser entrenada. Nosotros debemos recordar que también podemos desentrenarla.
Esto fue Garamond 11. Hasta la próxima, lectores. Por comentarios, críticas o sugerencias: [email protected]