Javier Milei presentó El milagro argentino, el libro que escribió antes de que estallaran los escándalos de Espert y Spagnulo. En medio de la crisis, el presidente cantó y bailó sin hacer una mínima mención a la salida del candidato bonaerense.
El acto fue anunciado dos semanas después de la derrota en Provincia, pero nadie podía imaginar que llegaría a horas de la defección de Espert.
«Va a ser el próximo gobernador de la Provincia, que lo investiguen tranquilos sin fueros», vaticinó Luciano de 48 años que había llegado disfrazado de león desde Zárate. Más de 11 mil personas le dieron a los libertarios su mejor convocatoria con contingentes que llegaron desde la Ciudad, la Provincia, Formosa, Corrientes y Santa Fe.
Las humillaciones de Karina y Sebastián Pareja, no fueron suficientes para desalentar a las Fuerzas del Cielo, que incluso practicaron una coreografía para ofrendarle a Milei. Sin lugares en las listas, en cambio recibieron la responsabilidad de organizar el pasillo por donde ingresó el presidente.
Las humillaciones de Karina y Sebastián Pareja, no fueron suficientes para desalentar a las Fuerzas del Cielo, que incluso practicaron una coreografía para ofrendarle a Milei.
Los inquebrantables del Nene Vera habían amenazado con vaciar el acto en medio de su interna con Santiago Caputo, pero al final fueron de la partida.
La caída de Espert, reposicionó al espacio que lidera Santiago Caputo que siempre impulsó una apertura hacia ex macristas como Santilli o ex radicales como De Loredo. Esto quedó muy claro en el Movistar, donde los caputistas como Agustín Romo, Nahuel Sotelo y el Gordo Dan estuvieron junto a macristas como Santilli y Montenegro, con el entusiasmo de volver al corazón de poder. Karina pareció hacer un contrapeso en la interna al impedir el acceso al VIP de Las Fuerzas del Cielo, que tuvieron que filmar a Milei desde las gradas como si fueran mortales.
Por la tensión, algunos esperaban que el Movistar Arena se transformara en el Ezeiza libertario. Fue más parecido a un Pajas Blancas.
La caída de Espert, reposicionó al espacio que lidera Santiago Caputo que siempre impulsó una apertura hacia ex macristas como Santilli o ex radicales como De Loredo.
Las fuerzas del Cielo concentraron dentro del Parque Los Andes y pareció que podían cruzarse con sus rivales. Solo unos pocos intercambiaron miradas fieras separados por las rejas del parque.
Incluso Favio Arenales, el hombre que se volvió famoso por llevar el cartel «Fuerza del Cielo Virrey del Pino», hizo la amistad con las huestes del Nene Vera y se acercó hasta la reja para chocar los cinco quienes iban hacia el estadio.
Sí se enfrentaron con 30 vecinos de la asamblea de asamblea de Scalabrini Ortíz y Corrientes que desde una esquina cantaban «son todos ratis, la puta que los parió» y con un vecino de Villa Crespo que insultaba a los libertarios desde la terraza de su casa.
«Está muy complicado esto. Hasta los nuestros puteaban por lo de Espert. Ahora los que no nos quieren van a seguir puteando, pero esperemos que los nuestros no», se esperanzó un dirigente del PRO antes de ingresar.
En las plateas hubo público ofendido porque los asientos que tenían estaban ocupados por otras personas. La seguridad del estadio prohibió desplegar banderas y reprendió a quienes se corrían un centímetro de sus lugares.
Desde el mismo escenario donde hace menos de un mes brilló Iggy Pop, Milei buscó volver a sus tiempos más excéntricos, cuando aún no habían estallado la estafa de Libra, las coimas en discapacidad y los vínculos con Fred Machado.
El presidente festejó cada una de sus ocurrencias. Para delirio del público le agregó «De La Libertad Avanza» al estribillo de Demoliendo hoteles y cantó «Cristina tobillera» al ritmo de It´s a Heartache de Bonnie Tyler.
La banda, integrada por dos hijos de Alberto Benegas Lynch hijo, un abogado liberal, el biógrafo de Milei y Hernán Scarfó sonó mucho mejor de lo que podía esperarse. No así las voces: Lilia Lemoine y Javier Milei fueron lo más flojo.
«Lo entiendo a Javier, a mi me gusta descargar con el deporte. A él le gusta la música», dijo Daniel Scioli mientras se terminaba un cigarrito y se sacaba fotos con el público. Sandra Pettovello fue menos paciente: salió a las corridas hacia su auto oficial. La ministra no se quedó a esperar la presentación del libro, prevista luego de que Milei se diera un baño, como anunció el propio presidente.