El paquete de medidas de apoyo a la Argentina anunciado este miércoles por el secretario del Tesoro Scott Bessent fue recibido con entusiasmo en Wall Street, donde algunos expertos que siguen de cerca el caso argentino señalan que “está más allá de lo que cualquier analista hubiera imaginado”. Sin embargo, hay quien advierte sobre el impacto de lo que Estados Unidos pueda pedir a cambio del respaldo.
Bessent anunció el miércoles por la mañana que Estados Unidos otorgará US$ 20.000 millones vía swap y podría dar un préstamo de “estabilización cambiaria”, un paquete potente que siguió a la reunión que el presidente Javier Milei y Donald Trump mantuvieron el martes, donde el estadounidense le dedicó grandes elogios al argentino y le manifestó un respaldo “del 100%”.
El anuncio de Tesoro repercutió enseguida en Wall Street. “Este nivel de apoyo de Estados Unidos a la Argentina está más allá de lo que cualquier analista hubiera podido imaginar hace apenas unas semanas”, dijo a Clarín Alejo Czerwonko, Chief Investment Officer para Mercados Emergentes en UBS.
“De confirmarse, se ubicaría entre los episodios más significativos de respaldo del Tesoro estadounidense en la historia de los mercados emergentes”, agregó el experto.
Para Walter Molano, economista jefe de BCP Securities, “el secretario del Tesoro, Scott Bessent, cumplió su promesa de hacer todo lo posible para ayudar al país tras reunirse con el presidente Javier Milei y su delegación económica en Washington. Si bien, en un principio, parecía que las medidas iniciales se centraban en acelerar el desembolso de 4.000 millones de dólares en fondos del Banco Mundial ya aprobados y una posible recompra de deuda soberana, Bessent dijo que trabajan en una línea de canje de 20.000 millones de dólares para reforzar las reservas internacionales”.
“Los inversores recibieron con agrado la noticia, lo que disparó los precios de los activos argentinos. Esta es una excelente noticia para el país y confirma la sólida relación bilateral que el gobierno mantiene con la Administración Trump”, agregó.
Jorge Piedrahita, CEO de Gear Capital Partners, dijo que el paquete anunciado “es comprensivo y una fuerte muestra de apoyo a Argentina y al presidente Milei”.
Advierten por el «precio» que pagará Argentina
Sin embargo, el experto plantea algunos reparos sobre qué puede Estados Unidos exigir a cambio. “Todas las alternativas tendrán cierto grado de condicionalidad. Sabemos que solicitarán la cancelación del swap con China y posiblemente alejar a China de otros negocios con el país. Este es el aspecto geopolítico de las transacciones. Se bloqueará el acceso de China al puerto de Ushuaia, por ejemplo”, señala.
Piedrahita también advierte que “habrá también condicionalidad con referencia al tipo de cambio en donde sería lógico suponer que requieran una libre flotación que elimine la sobrevaluación que hoy tiene. Habrá otras cláusulas e incluso algunas que no serán públicas”.
El experto también señala el costo interno que la ayuda puede tener para Estados Unidos. “El paquete tiene montos más elevados de lo esperado. En lo interno, para Bessent y Trump representa un desafío porque será criticado políticamente”.
Y menciona la carta que el martes envió la senadora demócrata por Massachusetts, Elizabeth Warren Elizabeth, al secretario del Tesoro, Scott Bessent, manifestando “serias preocupaciones” de que el compromiso de Estados Unidos de apoyar económicamente a Argentina sea “político” y pueda significar un costo para los estadounidenses. “Es profundamente preocupante que el presidente (Trump) pretenda utilizar importantes fondos de emergencia para inflar el valor de la moneda de un gobierno extranjero y respaldar sus mercados financieros”, afirmó la legisladora.
Bessent le replicó acusando a la senadora de asemejarse a «la izquierda argentina» sobre las políticas que promueve.
Para Piedrahita, “el impacto es positivo al menos en el corto plazo. No soluciona las grandes asignaturas pendientes de Argentina como las eternas reformas (laboral, impositiva, previsional) ni soluciona la disfuncionalidad política y tampoco tendrá un impacto político importante en las elecciones del 26 de octubre, aunque sí elimina el escenario de una crisis cambiaria antes de las elecciones”.
“En el largo plazo tal vez la condicionalidad exigida genere una reducción del costo argentino y un aumento del crecimiento y la productividad. No será fácil cambiar 100 años de decadencia”, agregó.