El 1 de julio de 2025, un telescopio del proyecto ATLAS en Chile detectó al cometa interestelar 3I/ATLAS, el tercer objeto de su tipo en visitar nuestro sistema solar. Este «viajero cósmico» ha causado fascinación en la comunidad científica debido a sus características únicas y a su posible origen. Con una edad estimada de más de 7 mil millones de años, lo que lo hace más antiguo que el propio Sol, el 3I/ATLAS ha sido descrito por astrónomos como un cometa clásico, compuesto por agua congelada y dióxido de carbono. Sin embargo, su paso está envuelto en un debate sobre su naturaleza, especialmente por la propuesta de que podría ser de origen tecnológico extraterrestre, una teoría que ha sido descartada por la mayoría de los especialistas. Si deseas conocer más sobre estos objetos, puedes leer sobre el primer visitante interesterlar conocido, el ‘Oumuamua, y seguir la trayectoria del cometa a través de la app de la NASA, “Eyes on the Solar System”.
La relevancia de este objeto radica en su potencial para revelar información sobre el origen de nuestra galaxia. Al proceder del «disco grueso de la Vía Láctea, donde residen las estrellas más viejas», su composición podría darnos pistas sobre cómo se formaron otros sistemas planetarios. La observación de 3I/ATLAS también ha revelado comportamientos extraños, como un espectro de luz dominado por polvo rojizo y la presencia de níquel atómico, un hallazgo inusual en cometas que sugiere un proceso de formación diferente a todo lo conocido.
Aunque un científico de Harvard, Avi Loeb, ha planteado la posibilidad de que 3I/ATLAS sea un «objeto tecnológico extraterrestre», esta teoría no es la perspectiva mayoritaria. La NASA y la Agencia Espacial Europea sostienen que se trata de un cometa normal que no representa ninguna amenaza para la Tierra. El cometa pasará a una distancia de al menos 240 millones de kilómetros de nuestro planeta y continuará su viaje hacia el espacio interestelar, sin dejar de ser un valioso objeto de estudio.