El 18 de septiembre la Iglesia Católica celebra a San José de Cupertino, un fraile franciscano conventual italiano del siglo XVII, célebre por sus éxtasis, levitaciones y por ser el patrón de los estudiantes, aviadores y viajeros. Nacido en Cupertino, Italia, en 1603, su vida fue una serie de milagros y una muestra de la gracia divina.
Desde niño, José era considerado «lento» para el estudio y sufría de enfermedades. Intentó ingresar en varias órdenes religiosas sin éxito debido a su falta de preparación. Finalmente, fue aceptado por los Franciscanos Conventuales como hermano lego, dedicado a las tareas más humildes, como cuidar los caballos.
A pesar de sus dificultades académicas, poseía una profunda piedad y una vida de oración intensa. Experimentaba frecuentes éxtasis y levitaciones, especialmente durante la Misa, la oración o al contemplar imágenes religiosas. Estos fenómenos, presenciados por numerosos testigos, le valieron el apodo de «el fraile volador».
Fue ordenado sacerdote, y aunque le costaba estudiar, milagrosamente respondía correctamente en sus exámenes. Su humildad, obediencia y amor por Dios lo hicieron un santo extraordinario. A menudo era incomprendido y sufrió incomprensiones. Es invocado por los estudiantes que tienen dificultades en los estudios y por quienes buscan vuelos seguros en la vida espiritual y material. Falleció en 1663 y fue canonizado por el Papa Clemente XIII en 1767.
San José de Cupertino: El Fraile Volador y Patrono de los Estudiantes
