lunes, 8 septiembre, 2025

La derrota bonaerense suma tensión en el gabinete y reaviva las internas en el «triángulo de hierro»

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Lo que comenzó como una estrategia política terminó siendo una profecía autocumplida. Desde hace semanas, en el primer piso de la Casa Rosada se venía jugando la “carta del perdedor”. Al igual que en 2023, el oficialismo buscó instalar que las encuestas los ubicaban, en promedio, unos cinco puntos abajo del peronismo. Bajo ese paraguas, advirtieron por la baja concurrencia a las urnas —un fenómeno que se registró en varias provincias— y pusieron al propio Javier Milei al frente de una campaña nacionalizada, apelando a su cruzada del “último clavo al cajón del kirchnerismo”. Finalmente, el resultado a favor de Fuerza Patria se concretó con una diferencia mucho mayor a la esperada.

En la provincia de Buenos Aires, la presidenta de La Libertad Avanza (LLA), Karina Milei, había delegado la campaña en Eduardo “Lule” Menem y Sebastián Pareja. Si bien los sentaron a los integrantes de Las Fuerzas de Cielo en la mesa de coordinación de los lunes y miércoles en Balcarce 50, lo cierto es que el sector liderado por el asesor Santiago Caputo quedaron desplazados tanto de las listas como de la organización de las actividades proselitistas. El clima interno ya estaba roto desde entonces, y terminó de fracturarse en las últimas semanas con las filtraciones de los audios que dan cuenta de un entramado de coimas que involucra a la propia secretaria de Presidencia.

La derrota bonaerense expone a Karina y al clan Menem como perdedores de la jornada. La apuesta a reeditar viejas marcas políticas y sostener un aparato de poder cerrado se convirtió en un lastre para uno de los vértices del «triángulo de hierro». En Balcarce 50 reconocen por estas horas que “se sobreactuó una elección local con identidad nacional”, y que la jugada terminó multiplicando el costo político, ya que el Presidente quedó expuesto en sus puestas en escena y caravanas.

JAVIER MILEI KARINA MILEI CARAVANA LOMAS DE ZAMORA

Javier y Karina Milei, durante una caravana en Lomas de Zamora.

La Libertad Avanza

En contraste, la figura de Santiago Caputo aparece fortalecida. Tras un período de bajo perfil, se prevé que el asesor regrese a un rol más decisivo en la arquitectura de poder libertaria. A raíz de las filtraciones de las últimas semanas, en su entorno aseguran que “no para de solucionar quilombos”, y aunque no intervino directamente en el escándalo de las coimas, logró conservar ascendencia sobre la estrategia discursiva del Presidente. Sin embargo, un sector del Ejecutivo le endilga que silenció las tropas digitales cuando deberían haber salido en defensa de «El Jefe» y los Menem. Como contrapartida, en los últimos días, una cuenta de la red social X que se le atribuye -el asesor no confirmó que se tratara de su autoría, pero la imagen de perfil coincide con la de su WatsApp- publicó en una suerte de período refundacional las «Diez verdades incómodas de la era mileísta». Las mismas pueden leerse como un intento de redefinir identidad y narrativa en un momento de fragilidad institucional.

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DIEZ VERDADES INCÓMODAS DE LA ERA MILEIÍSTA.

1- Nos chupa un huevo lo que opinen los que arruinaron el país. Nuestro compromiso es con la sociedad.
2- Vamos a destruir la inflación a cualquier precio. Es la unica variable que importa.
3- El estado no debe ser gestionado, sino…

— Santi C. (@slcaputo) September 5, 2025

La imagen del búnker libertario fue bastante gráfica en ese sentido. El Presidente salió al escenario junto a su hermana y Caputo, a quien logró subir por primera vez a las tablas y colocar a su derecha, junto al ministro de Salud Mario Lugones -hombre cercano al asesor-. En los extremos se ubicaron Pareja y Martín Menem. A este último, Milei lo saludó con un frío apretón de manos.

El Gobierno, golpeado, ya mira hacia octubre. En los menos de dos meses que restan, reforzará la importancia de la convocatoria electoral para diputados y senadores nacionales. Sin embargo, el discurso deberá cambiar. La idea de que este domingo era el punto de partida del «Kirchnerismo nunca más», no parece acertada. En la Casa Rosada no ven la elección bonaerense escindida de la de octubre: los comicios legislativos y la inevitable reconfiguración en el Congreso son ahora la única apuesta fuerte de un Ejecutivo que llega desgastado a la mitad de su gestión, con la economía en crisis y un refresh del Gabinete que parece inevitable.

Escenarios de recomposición y futuro del Gabinete

El oficialismo podría buscar acuerdos puntuales con sectores de la oposición dialoguista para garantizar gobernabilidad. Un entendimiento con gobernadores del interior —principalmente peronistas no alineados o radicales pragmáticos— podría darle a Milei oxígeno en un Congreso adverso. Sin embargo, el Ejecutivo debería ceder en la agenda liberal más dura si quiere llegar a acuerdos, algo que erosionaría la narrativa fundacional del espacio.

En tanto, como en cada elección de medio término, se esperan cambios ministeriales, más si se tiene en cuenta que algunos de los titulares de las carteras libertarias ocuparán una banca en el Congreso. En una señal, el Ejecutivo podría optar por la salida de figuras cuestionadas por la gestión cotidiana y el ingreso de técnicos con más experiencia en la administración pública. La idea sería una muestra de orden y previsibilidad al mercado y al electorado moderado. Este movimiento, sin embargo, abriría tensiones.

Javier Milei cierre Moreno

Javier Milei durante el cierre de campaña de La Libertad Avanza, en Moreno.

Otra encrucijada que se abre es cuál debe ser el rol de Javier Milei en lo que resta de campaña. En este escenario, podría apostar a profundizar su centralidad, redoblando la estrategia de confrontación directa y sosteniendo a Caputo como arquitecto de un relato más ideológico. Sería una fuga hacia adelante, consolidando la base dura, aunque a costa de perder capacidad de negociación institucional.

Sea cual sea la estrategia elegida, la elección bonaerense expuso la fragilidad estructural de un oficialismo que aún no logra institucionalizarse más allá de la figura presidencial, mientras el peronismo recupera centralidad territorial y narrativa, aunque todavía debe demostrar capacidad de proyección más allá del festejo coyuntural.

La incógnita es si Milei podrá salir del círculo de la campaña permanente para transformarse en un presidente capaz de articular poder en un Congreso adverso y en un país con urgencias económicas. Los próximos meses marcarán si la derrota fue un traspié circunstancial o el inicio de un reacomodamiento político que condicionará el resto del mandato.

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