La conmemoración del 18 de agosto también nos recuerda a San Alberto Hurtado, un sacerdote jesuita chileno del siglo XX cuya figura es un faro de caridad y justicia social. Nacido en 1901, Alberto Hurtado fue un hombre de una fe profunda, que dedicó su vida a servir a los más pobres y desamparados. Tras su ordenación, se dedicó a la labor pastoral y a la formación de jóvenes en la Compañía de Jesús.
El Amor de Cristo en la Acción
San Alberto Hurtado comprendió que la caridad no era solo una ayuda, sino una respuesta a un problema de injusticia. Fundó el «Hogar de Cristo», una institución que acogía a los niños de la calle y a los ancianos desamparados, dándoles un techo, comida y, sobre todo, dignidad. Su obra se convirtió en un movimiento social que transformó la conciencia de los chilenos y se extendió por todo el país.
El Legado de un Corazón Generoso
San Alberto Hurtado murió en 1952. Fue canonizado por el Papa Benedicto XVI en 2005. Su vida es un testimonio del amor de Cristo por los pobres, y un recordatorio de que la fe debe manifestarse en la acción y en la defensa de la justicia social. Es el patrón de los trabajadores sociales y un modelo de servicio a los demás.
Oración
Oh, Dios, que en San Alberto Hurtado nos has dado un ejemplo de amor a los pobres y de servicio a los más necesitados, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo su ejemplo, seamos instrumentos de tu amor para los demás. Amén.
Este artículo forma parte de nuestro especial ‘Fe y Devoción en Agosto’. Descubri la guía completa del santoral del mes haciendo clic aquí.