Con la finalización de la Fiesta del Poncho concluye también la tregua tácitamente pactada por los integrantes de un ecosistema político que no puede sustraerse a la magnitud del fenómeno. Mérito no menor de la fiesta argentina más importante del invierno: los acontecimientos en Catamarca se fechan antes o después del Poncho, como si el evento dividiera el año en dos estaciones separadas por una cápsula de diez días.
El Predio Ferial se transforma en una especie de zona de exclusión que los más enconados rivales pueden transitar sin conflictos. Ninguno se priva de visitarla para hacer gala, con legítimo orgullo, de su identidad catamarqueña. Pero nada es para siempre y el calendario electoral apremia.
En años anteriores, las PASO se hacían después del Poncho, en agosto, pero para la semana de la Fiesta la traumática instancia de definición de las alianzas y las listas de precandidatos ya se había definido y los contendientes estaban en condiciones de relajarse en un proselitismo de baja intensidad para retomar con bríos renovados después de la última luna. En este 2025 no hay PASO. El 7 de agosto tienen que inscribirse las alianzas y el 17 los candidatos. Los únicos que no pudieron distenderse en el Poncho fueron los pobres radicales, acuciados por una crisis de fragmentación que intentarán atenuar con las inéditas internas “exprés” del próximo domingo.
Sin PASO, el 7 de agosto hay que presentar las alianzas y el 17 los candidatos para la contienda electoral de octubre. Sin PASO, el 7 de agosto hay que presentar las alianzas y el 17 los candidatos para la contienda electoral de octubre.
Los sectores de los “peluca” Francisco Monti y Tiago Puente desertaron del proceso y buscarán juego bajo el paraguas de La Libertad Avanza. En el redil boinablanca se enfrentarán dos bandos. De la contienda saldrán las listas de candidatos con la que el partido se sentará a negociar eventuales acuerdos con otros partidos para tratar de revivir lo que fue Juntos por el Cambio y darle pelea a los libertarios por la prevalencia en el arco opositor. Una carrera contra el reloj. Candidatos radicales el 3, alianza cuatro días después y un riesgo latente: que alguno de los candidatos que deban sacrificarse para acordar con los aliados decida recurrir a la Justicia para aferrarse al cargo obtenido en las urnas.
Los libertarios no tienen estos inconvenientes. Se limitarán a seguir las directivas de la Casa Rosada y cubrirán los casilleros menos expectantes como mejor puedan. Monti y Puente aspiran a meter la cuchara. La de máxima para Monti, que promocionó su presencia en la Rural durante el discurso de Milei, es ir por la reelección. Podría embocar el primer o el segundo lugar en la lista de candidatos libertarios al Congreso, la puja es con la titular de la ANSES Regional, Miryam Juárez. Los “karimenemistas” cifran todas sus expectativas en la tracción del sello de La Libertad Avanza, que sacaron a relucir con mayor fuerza en los últimos días para intentar neutralizar los efectos políticos de una diáspora disparada por su política expulsiva.
La alianza que desplazó al tercer lugar a Juntos por el Cambio estalló. El “karimenemismo”, obviamente, se quedó con el sello, pero se escindió el MID que preside el diputado provincial Fernando Baigorrí, referenciado en la vicepresidenta Victoria Villarruel, el excandidato a gobernador José Jalil Colomé, que trabaja para reflotar el Partido Libertario. También maniobra para continuar en la Cámara de Diputados el peronista disidente Hugo “Grillo” Ávila.
El jefe de la Coalición Cívica local, Rubén Manzi, anunció sus intenciones en participar del proceso electoral y navegan con bajo perfil, por ahora, el “schiarettismo”. Hay mucho por fuera el “karimenemismo” para conformar una alternativa que rompa la polarización. Si los actores son capaces de hacerlo, se sabrá en diez días. Empieza intenso el pos-poncho político.