La centralidad de la innovación, el aporte de la robótica para ganar competitividad y la advertencia de que las carencias educativas pueden convertirse en el verdadero cuello de botella de la Argentina fueron los ejes del ciclo sobre Vanguardias Tecnológicas que se hizo hoy en el Malba, en una nueva edición de las jornadas de Democracia y Desarrollo organizadas por Clarín.
En esta ocasión el tema del panel fue el rol de las «Fábricas Robóticas». El panel estuvo integrado por Gustavo Salinas, CEO de Toyota, Dolores Brizuela, CEO de Dow, Laura Barnator, CEO de Unilever y Javier Martínez Alvarez, vicepresidente institucional del Grupo Techint. También iba a ser de la partida Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), quien fue convocado de urgencia para una reunión en la Casa Rosada. En su lugar participó Silvio Zurzolo, presidente del departamento de Innovación de la entidad. El ciclo contó con la conducción de Carolina Amoroso, periodista de TN, y Horacio Riggi, editor jefe de Economía de Clarín, y el auspicio de Pan American Energy, Grupo Techint y Telecom. Se transmitió por streaming desde Clarín.com y por el canal de Youtube.
En el debate, Javier Martínez Álvarez sostuvo que para ser competitiva «Argentina tiene que trabajar en muchos planos, entre ellos la infraestructura y sin dudas, la carga impositiva. El Gobierno tiene esto claramente en agenda, pero va a ser un proceso que va a llevar un tiempo».
Como el resto de los panelistas, el representante de Techint puso el foco en la importancia de la educación, y a la vez insistió en la necesidad de «políticas de Estado básicas para que algunas cosas no se modifiquen en Argentina cada cuatro años, porque eso es absolutamente nocivo».
Gustavo Salinas destacó que Argentina es el cuarto productor mundial de pick ups. «El 80% de la producción de la planta de Toyota en Zárate se exporta. Tenemos que estar invirtiendo permanentemente. La competitividad es el primer punto de nuestra agenda».
A su turno, Zurzolo destacó que «hay que nivelar la cancha. La industria argentina es muy productiva de puertas hacia adentro y, contrariamente a lo que se dice, cuando uno recorre las pymes están muy tecnificadas y están listas para competir«.
«El problema es esa mochila argentina que ponemos cuando el producto sale, la carga tributaria, logística, temas complicados con este círculo, no quiero ser grosero, pero estos abogados que lo único que hacen es generar una industria del juicio y hacen que pymes puedan desaparecer», apuntó Zurzolo.
También lo reclamó la presidenta de DOW en Argentina, Dolores Brizuela. «Una reforma laboral y una reforma fiscal son necesarias y creo que están en la mesa», analizó, y enseguida agregó: «Lo que creo que no está tan público es lo que ocurre con la educación en el país. Me preocupa mucho la cantidad de mano de obra que se va a necesitar si pasa algo de lo que se dice que va a pasar en Vaca Muerta».
Brizuela detalló que hacia referencia a oficios técnicos que ya no figuran en el mercado, pero que son esenciales para el desarrollo de la industria energética.
Laura Barnator contó que Unilever tiene seis fábricas en el país y el 95% de los productos (alimento, limpieza y cuidado personal) que vende la compañía se fabrican en Argentina. «El consumo masivo tiene mucha tecnología y esto es super importante para seguir siendo competitivos. En la fábrica de Tortuguitas tenemos un robot para el armado de pallets. La automatización es clave para bajar los costos de logística».
Al hablar de la importancia de la tecnología, Martínez Alvarez resaltó que «los robots son una franja de la innovación mientras que la capacitación continua es uno de los principales desafíos para las empresas. Hay un problema de base muy significativo en la educación en argentina».
Barnator coincidió en que «parte del desafío es el reskilling de la gente. Por eso, cada vez que instalamos nuevas máquinas capacitamos a los mismos operarios que hacían esa tarea para que puedan operarlas».
Brizuela reforzó que «la tecnología nos dio un montón de beneficios para mejorar la seguridad de la planta y ser más competitivos. Hoy todo lo que se pueda hacer para inspeccionar equipos desde afuera, sin parar la planta, es clave para optimizar la competitividad».
Un punto en común que resaltaron los expositores fue la articulación entre la educación secundaria, terciaria y universitaria con la producción. Tanto en Techint como en Toyota y en Dow vienen trabajando con los colegios industriales de la zona, mientras que la UIA articula con siete universidades cuáles son los cambios que deben hacerse en las currículas para adaptarse a las nuevas demandas de las industrias.
Martinez reforzó que «para tener previsibilidad y desarrollar inversiones de largo plazo se necesita instituciones. Los países que han desarrollado industrias significativas han tenido un marco operativo claro. Hoy empieza a haber en el país ciertos consensos de responsabilidad fiscal. Si no tenemos claro que necesitamos políticas de largo plazo es muy difícil invertir«.
A la vez, todos coincidieron en que Argentina tiene una gran oportunidad para integrarse al mundo en el actual contexto global, incluso con las tensiones que genera la guerra comercial.