Pasadas las exequias del papa Francisco, a las que el sistema político argentino no le mezquinó toxinas, vuelve a los primeros planos de la agenda el Criptogate. Para hoy está prevista la interpelación en la Cámara de Diputados al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y a los ministros de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y Economía, Luis Caputo, actores de reparto en la trama. La presencia de Caputo está en duda.
El guión libertario se circunscribe a negar que Milei haya participado deliberadamente de la estafa, con cuyos operadores globales ninguno de los tres ministros convocados tuvo vínculos directos conocidos.
Lo más complicado será superar el examen de la propia tropa. Tramado por internas e intrigas, el exótico ecosistema libertario estará atento al desempeño que los informantes obtengan en la protección de la hermanísima Karina Milei, secretaria General de la Presidencia excluida de la lista de los interpelados.
No hay que ser Parravicini para augurar que los perversos opositores se complacerán en indagar sobre el rol que eventualmente cumplió en la trama “El Jefe”, factor indispensable en la estabilidad emocional de Javier e ingeniera de la estrategia electoral de La Libertad Avanza.
Estas curiosidades tienen el estímulo adicional de que el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, también está salpicado por el escándalo.
Es el poderoso “karimenemismo” el que estará más expuesto en la interpelación. Con lo sensible que es Milei a cualquier cosa que afecte a su hermana, los ministros han de estar más preocupados por cumplir satisfactoriamente en ese aspecto que por cualquier otra cosa, más aún teniendo en cuenta lo insidiosas que podrían llegar a ser algunas interpretaciones en el Palacio.
En el fondo, lo más valioso de la interpelación será su versión taquigráfica, que ofrecerá a la oposición insumos para trabajar en un flanco más inquietante para el Gobierno: la comisión LIBRA, que debería constituirse mañana.
Es el poderoso “karimenemismo” el que estará más expuesto en la interpelación por el Criptogate Es el poderoso “karimenemismo” el que estará más expuesto en la interpelación por el Criptogate
Camándulas reglamentarias mediante, Menem logró que la comisión quedara integrada por 28 miembros y empatada entre los opositores duros y el grupo libertarios-opositores amigables. Esta igualdad permitiría trabar su funcionamiento, aunque a costa de negociaciones permanentes con los aliados para impedir fugas que la quiebren. Basta que uno se desmarque para desequilibrar. Carísimo desde cualquier punto de vista, más en un año electoral que multiplica los ñatos con ganas de oler.
Con blindaje tan vulnerable, cobra especial relevancia el reglamento que establecerá las facultades de los comisionados.
Los equipos leguleyos rastrillan antecedentes para confeccionarlo. Se encontraron con el de la comisión que investigó en la misma Cámara de Diputados la escandalosa estatización de la compañía eléctrica Ítalo.
Ignacio Zuleta se refirió a eso en su columna dominical de Clarín, con mención a un político catamarqueño emblemático.
“La comisión investigadora de la estatización de la compañía Ítalo de Diputados actuó entre 1983 y 1985 y tenía un ingrediente que no tiene esta comisión. Se fundamentó en un acuerdo político entre el radicalismo que gobernaba y la oposición peronista. El proyecto de comisión lo presentó el diputado Julio César Aráoz y la presidencia la ejerció Guillermo Tello Rozas. Fue tras una negociación de la que participaron Raúl Alfonsín, Diego Ibáñez (sindicalista de YPF), César Jaroslavsky, Vicente Saadi y otros”, recordó el analista.
Agregó: “Fue una antesala del juicio a las juntas militares que incluyó la declaración de Jorge Videla, Eduardo Massera, Orlando Agosti y José Martínez de Hoz, entre otros, antes de que fueran juzgados por los delitos durante la represión clandestina de las guerrillas. Los diputados les negaron el uso de uniforme cuando declararon en el palacio del Congreso. Martínez de Hoz incluso fue detenido cuando declaró ante los diputados”.
Preocupantes recuerdos y proyecciones, con Milei y su hermana Karina embarrados por el Criptogate.
Esto de las comisiones se sabe cómo empieza, pero no cómo termina.