sábado, 26 de abril de 2025 17:00
Aunque frente a las cámaras se empeñan en mostrarse civilizados y hasta cariñosos por el bienestar de su hijo Lorenzo, la relación entre Marcelo Tinelli y Guillermina Valdés dista mucho de ser armoniosa. Detrás del telón, la tensión es cada vez más evidente, y el motivo principal parece ser económico.
La bomba la tiró Sebastián Pampito Parello Aciar en el programa Puro Show, y lejos de insinuar o especular, el periodista fue al hueso. “Me va a traer problemas, pero lo voy a contar”, avisó antes de lanzar la primicia. El comunicador anunció: “Hace semanas que lo sé y me lo vengo guardando. Guillermina está muy enojada con Marcelo por plata”.
El conflicto habría comenzado tras la separación, cuando ambos dejaron de convivir en las lujosas torres Le Parc, donde residían en pisos distintos pero dentro del mismo complejo. Según Pampito, Tinelli le ofreció venderle el departamento que compartían, pero lo que ella recibió no fue lo que esperaba. “Le dio un poquito más de la mitad del valor”, aseguró.
La frase que generó más ruido fue tajante: “A vos te toca esto”, habría dicho Tinelli. Si bien para cualquier mortal esa suma representaría un verdadero dineral, el monto no le alcanzó a Valdés para adquirir una propiedad del mismo nivel. “Con eso no comprás nada en ese barrio”, explicó el pampeano.
Y agregó: “Ella quedó muy enojada porque no podía mantener el estilo de vida que tenía”. Matías Vázquez, compañero de Parello, sumó una teoría que podría explicar la decisión del conductor: “Capaz Tinelli se quedó con bronquita porque lo dejaron. Eso también cuenta en estas historias”.
El conductor de Puro Show también sostuvo que Tinelli fue terminante en la negociación. “Le dijo ‘no tengo más un peso, es eso o eso’. Cerró la discusión de cuajo”, aseguró Pampito. Aunque el monto exacto no fue revelado, insistió en que “tengo el número y todos sabemos cuánto valen esos departamentos”.
Públicamente, la cordialidad se mantiene. Pero puertas adentro, todo indica que la relación entre Tinelli y Valdés está lejos de ser idílica. Como dicen en el barrio, “cuando se apagan las cámaras, se enciende el escándalo”.