Para demostrar que algunos dichos son verdaderamente ciertos, como ése que asegura que a veces, menos es más, No te muevas -que acaba de estrenar Netflix– lo prueba con creces.
Este relato de suspenso psicológico más que de horror, como lo quieren vender, esta película producida por Sam Raimi (el de Evil Dead y director de las tres películas del Hombre Araña protagonizadas por Tobey Maguire) ha aprovechado cada dólar de su producción para lucir como un thriller de alta calidad.
No es que sea una producción berreta. Pero con escasos recursos (una casa en un bosque; un par de autos; una camioneta; un patrullero, dos o tres actores acompañando a los dos protagonistas y algún que otro extra) No te muevas nos atornilla en el sillón de casa.
La protagonista femenina es Iris (Kelsey Asbille, de Yellowstone y Fargo), quien una mañana parte decidida de su hogar rumbo a un lugar cerca de un risco. Allí se ha erigido una suerte de altar por la muerte de su pequeño hijo. Y ella, dolorida y agotada, se quiere quitar la vida, morir de la misma manera que, accidentalmente, lo hizo su hijo, en ese lugar pedregoso.
“Lindo día, ¿no?”, la distrae un hombre, que se ha sentado allí, bien cerca suyo. Es Richard (Finn Wittrock, de American Horror Story), quien asegura que si hay algo que no quiere hacer, es salvarla de su idea suicida.
Y no, no es que ahí le dice No te muevas, un título que recuerda a varios del cine de terror, que parecen indicarle a los protagonistas tanto como al público lo que deben hacer (Sonríe; No respires, la reciente No hables con extraños). Pero ya aclaramos que No te muevas, por más que parezca una orden, no es un filme horror.
El No te muevas llegará antes de los quince minutos, cuando Iris haya finalmente desistido de arrojarse al vacío y, habiendo visto que Richard se marchó, lo sigue.
Seguramente en estado aún vulnerable, es que Iris intenta marcharse en su auto, pero el de Richard está estacionado tan, pero tan cerca que casi no le deja lugar para poder subirse.
Y no se podrá mover, no por eso, sino porque Richard le aplica una descarga eléctrica, la droga y, cuando semidespierte, le avisa todo lo que le pasará en el transcurso de los próximos 20 minutos. Que será que se le irá inmovilizando el cuerpo, no podrá correr, y tampoco emitir sonido. No podrá gritar, aunque en medio de un bosque gritar sólo sirva para espantar ardillas.
Cuando el cuerpo, al revés que Rexona, no le responda, habrá que ver cómo se las arregla Iris.
La película así planteada trata sobre una víctima que es secuestrada, y un secuestrador que la hace pasar por drogada o borracha ante cualquiera que se le cruce.
Suspenso en tiempo casi real
Filmada prácticamente contando todo en tiempo real -como la serie 24, pongámosle, pero no en plano secuencia como Festín diabólico, de Hitchcock-, No te muevas irá siguiendo a Iris en su huida (ahí me acuerdo que Huye! fue otra película de terror, y habrá una cabaña: ¿cuántas cabañas en películas de terror ya hemos visto?) y personajes más buenos que la perra Lassie, a los que Richard, un tipo entre patético y entrador, mentiroso consuetudinario y con algo, claro, de psicópata, se irá cruzando, con Iris a su lado en estado catatónico.
La película, si se quiere verlo desde este punto de vista, plantea a un asesino serial que salva del suicidio a sus futuras víctimas. O ¿por qué Richard hace lo que hace con Iris?
Concisa y corta (92 minutos con todos los créditos del final), No te muevas ya dijimos que no es una orden, pero desde aquí digamos que es un consejo: no se muevan de sus sillones, porque la película, con sus situaciones más o menos creíbles, verosímiles o aceptables, los va a atrapar con buenas armas.
“No te muevas”
Muy buena
Suspenso. Estados Unidos, 2024. Título original: «Don’t Move». 92′, SAM 16. De: Brian Netto, Adam Schindler. Con: Kelsey Asbille, Finn Wittrock, Moray Treadwell. Disponible en: Netflix.