miércoles, 15 enero, 2025

«Debí Tirar Más Fotos» de Bad Bunny: entre postales bellas y bailes olvidables

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Bad Bunny tiene esa habilidad de poner el termómetro sobre la mesa y medir, con precisión quirúrgica, dónde está parado en su carrera. Con ‘Debí Tirar Más Fotos’, el puertorriqueño encara un disco de transición, donde el anhelo por las raíces y la necesidad de evolucionar se cruzan en un laberinto sonoro que, por momentos, deslumbra y, en otros, se pierde en su propia ambición.

En el arranque con ‘Nuevayol’ la cosa pinta interesante: un híbrido entre salsa clásica y dembow que funciona como un guiño tanto a la diáspora boricua como al ADN caribeño del artista. Sin embargo, lo que parece un concepto bien armado pronto se desdibuja en un recorrido irregular. La esencia del reguetón clásico aparece a cuentagotas en temas como ‘Voy a llevarte a PR’ y ‘EoO’, que destacan más por contraste que por pertenencia a una línea narrativa clara.

En cambio, hay un evidente interés en explorar la bomba, la plena y la música jíbara, tradiciones puertorriqueñas que encuentran un espacio legítimo en canciones como ‘Café con Ron’ (con Los Pleneros de la Cresta), donde la instrumentación en vivo suma autenticidad. Pero esta búsqueda no siempre encuentra el equilibrio, y ejemplos como ‘Pitorro de Coco’ dejan la sensación de que la intención no alcanza a sostener la ejecución.

El costado emocional del disco es, quizás, su apuesta más fuerte. La pieza homónima, ‘Debí Tirar Más Fotos’, se apoya en una letra sencilla pero efectiva: “Debí tirar más fotos de cuando te tuve. Debí darte más beso’ y abrazo’ las vece’ que pude”. Es un Bad Bunny introspectivo, que se pregunta por la fugacidad de los momentos y la imposibilidad de retener lo que el tiempo se lleva puesto.

Aun así, no todas las canciones con vocación sentimental logran despegar. ‘Turista’, por ejemplo, se queda en un limbo entre lo personal y lo genérico, sin la carga emotiva necesaria para que el oyente realmente se sumerja en su melancolía.

En el plano de la denuncia social, ‘Lo que le pasó a Hawaii’ aborda la gentrificación y el desplazamiento cultural en Puerto Rico, haciendo un paralelo con la historia colonial de Hawái. Aunque el tema es potente y la intención está clara, la producción tiende más al esteticismo que a la contundencia, dejando la sensación de que está más preocupado por estar en pose que por transmitir un mensaje real y directo. El resultado es un comentario social que parece diluirse en su propia superficie, sin el peso ni la crudeza que la temática exige.

bad bunny

Desde lo instrumental, el disco encuentra sus mejores momentos en la riqueza de los arreglos y las colaboraciones con músicos locales, como los estudiantes de la Escuela Libre de Música San Juan, que aportan frescura y vitalidad a algunos pasajes. En este aspecto, ‘Perfumito Nuevo’ es un gran acierto, equilibrando experimentación y emoción. Pero la misma riqueza sonora deja en evidencia los puntos flacos del álbum: cuando la producción y los arreglos llevan las riendas, la composición queda en segundo plano, y ahí es donde el disco tambalea.

En definitiva, ‘Debí Tirar Más Fotos’ es un disco que intenta ser muchas cosas a la vez: homenaje, reflexión, reinvención. Y en esa vorágine, a veces se olvida de lo esencial. Bad Bunny sigue siendo un artista con el pulso bien puesto en su contexto, pero esta vez su propuesta se siente más como un boceto que como una obra cerrada. Un álbum que deja postales bellas, pero también la sensación de que algunas fotos quedaron sin revelar.

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