jueves, 9 enero, 2025

Aseguran que 1 de cada 6 personas tendrá un ACV alguna vez en su vida

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El accidente cerebrovascular (ACV) es considerado una patología de altísima incidencia, la tercera causa de muerte en la Argentina y la primera causa de discapacidad.

El reconocido médico neurocirujano Rubén Manzi, habló con El Ancasti sobre esta patología y afirmó que «una de cada seis personas va a tener un ACV alguna vez en su vida».

Manzi dijo que los casos de ACV aumentaron mucho no solamente en los jóvenes, sino también en las personas grandes, en este último caso manifestó que «la expectativa de vida se prolongó. Cuanto más vieja es una persona, sus arterias tienen más riesgo de sufrir un ataque cerebrovascular porque esas arterias pueden haber ido teniendo durante la vida una enfermedad arteriosclerótica que llega un momento que se produce un trombo. O sea, a más expectativa de vida, más posibilidades de tener un ACV», dijo.

Incidencia en jóvenes

En el caso de los jóvenes, el doctor Manzi señaló que ha habido un aumento de factores de riesgo convencionales o clásicos como: la mala alimentación, que lleva al sobrepeso y al colesterol elevado; consumo de alcohol, tabaco, drogas ilícitas.

Señaló que, muy esporádicamente en algunas mujeres se pueden dar trombosis venosas cerebrales, asociadas al uso de anticonceptivos. También mencionó como uno de los posibles factores la situación de vida social, económica, que genera en los jóvenes un estrés extra y la posibilidad de presentar hipertensión arterial temprana, que predisponga a sufrir un ACV.

Por otro lado, indicó que más allá de estos factores de riesgo se encuentran las llamadas malformaciones vasculares, «los ACV pueden ser básicamente de dos tipos: cuando una arteria se tapa es un ACV isquémico y cuando una arteria se rompe es un ACV hemorrágico», dijo.

«Dentro de los hemorrágicos están los aneurismas cerebrales o las malformaciones arteriovenosas, que muchas veces son condiciones congénitas. Uno ya nace con esa predisposición y se desarrolla la malformación a lo largo de la vida y una ruptura aneurismática. El 50% de las rupturas aneurismáticas son mortales de manera inmediata o en los primeros días. O sea que hay una alta incidencia de eso, y explica una parte de los ACV jóvenes», advirtió, resaltando que existen condiciones de orígen congénito que muchas veces pasan desapercibidas y resultan más difíciles de diagnosticar.

Impacto de la pandemia

Consultado acerca del incremento de casos de ACV luego de la pandemia, el doctor Manzi dijo que «no solamente la vacuna, sino también el COVID creó condiciones trombogénicas, es decir, una predisposición a sufrir trombos, «eso primero se lo tenía en duda y después se vio que fue así. Y en general parece que es una condición que después va mejorando. Pero si por ahí la gente memoriosa se acuerda, muchas veces los médicos después de que una persona haya tenido COVID, le decíamos que tome aspirina por unos meses para evitar esa predisposición a sufrir trombos».

Cómo detectar un ACV

El doctor Manzi manifestó que, si una persona presentara un ACV isquémico y consulta dentro de las primeras cuatro horas y media «tiene una ventana terapeútica abierta que le da una gran oportunidad a que el ACV pase de ser muy grave a menor, o recuperarse totalmente con el uso de trombolíticos».

Como primer gran indicador, dijo que quien acompañe a la persona que está padeciendo un posible ACV debe fijarse si el rostro se pone asimétrico, «se le pide que sonría y si el rostro se le va para un costado es un primer indicador», dijo.

En segundo lugar, indicó que se le debe pedir a la persona que levante los dos brazos, y si hay uno de ellos que no puede levantar o sostener, lo mismo que una pierna, es otro indicador, un déficit motor en alguno de sus miembros.

Por último, un tercer gran indicador es la dificultad para hablar, o «pastosidad al pronunciar».

Presentándose estos síntomas, resaltó que el paciente debe ser trasladado de manera inmediata a un centro de atención de alta complejidad.

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