lunes, 23 de diciembre de 2024 00:46
El médico catamarqueño, Sergio Sosa Estani, investigador del Conicet, director de DNDi en América Latina y coordinador de la Alianza dengue se refirió a un informe dado a conocer por la Organización Panamericana de la Salud que confirma que 2024 fue el año con la mayor epidemia de dengue registrada en las Américas desde 1980.
Como dato, apuntan que se incrementaron en un 175 por ciento los casos respecto del año anterior.
Brasil lidera las estadísticas continentales con 10 millones de infecciones y 5.872 muertes, seguido por Argentina, México y Colombia. Entre las cuatro naciones, concentran el 90% de los casos y el 88% de las muertes.
Este fenómeno también se extendió a zonas que históricamente no enfrentaban brotes de dengue, como Uruguay y algunas regiones de los Estados Unidos. En este último país, se documentaron transmisiones locales en estados como Florida y Texas.
La OPS identifica al cambio climático como un motor clave del problema, ya que fenómenos como lluvias intensas y temperaturas más altas crean criaderos ideales para el mosquito Aedes aegypti, vector del virus.
Además del clima, aspectos sociales como el crecimiento demográfico y la urbanización no planificada juegan un papel fundamental.
En ese sentido, Sosa Estani señaló que “es importante hacer pública la situación porque obviamente cada una de las regiones, de las localidades saben la problemática que están sufriendo y es muy importante dimensionar la magnitud que esto tiene y que no solamente está ocurriendo solo en algunos lugares, sino que realmente este informe de la Organización Panamericana de la Salud deja claramente expuesto que es una problemática a nivel continental y en realidad también está ocurriendo en otros continentes”.
“Hay que tener en cuenta que son varios los factores que están produciendo esto, pero también tener presente que las medidas de control deben ser reforzadas”, afirmó.
También, se refirió a un dato llamativo de países que no habían tenido dengue como Uruguay y Estados Unidos y en este informe se habla de un crecimiento manifestando que “efectivamente hay diversas razones y una de las principales razones que se están argumentando para que se den estos cambios tienen que ver ciertamente con el cambio climático que generan situaciones favorables”.
“No solamente una cuestión de temperatura sino también este cambio climático, los fenómenos meteorológicos generan inundaciones o grandes sequías qué producen situaciones ambientales, pero también situaciones de comportamiento de la sociedad que hace que favorezca la presencia del vector y pase a tener presencia adonde no existía”, indicó.
En esa línea, agregó: “También el comportamiento humano a raíz del desplazamiento de las personas o situaciones sociales en particular sumado al cambio climático potencian los factores de riesgo que pueden hacer aumentar la presencia del vector”.
Sobre si luego de un brote importante se repite al año siguiente otro de igual magnitud, Estani señaló que “históricamente lo que se ha observado es que después de picos epidémicos de gran magnitud ocurren comportamientos de la dinámica de la transmisión donde se genera una disminución y un valle por unos tres o cuatro años donde cae significativamente los niveles de transmisión para volver a tener un pico a los tres o cuatro años”.
“Sin embargo a pesar de haber tenido justamente este incremento en el año 2023 y lo que se había considerado un pico récord y con la expectativa de que pudiera eventualmente como en décadas pasadas poder tener algún grado de descenso, no fue lo que se observó y esto es lo que de hecho hace reforzar el concepto de que los aspectos del cambio climático están también generando cambios en la dinámica de los vectores y consecuentemente la dinámica de la transmisión haciendo aumentar la cantidad de casos”, subrayó.
Además, dijo que “es muy importante tener en cuenta que también hemos salido hace dos años de una pandemia donde tuvimos más de un año con modificaciones del hábito y del comportamiento de las personas y esto nos tiene que hacer llamar la atención de qué conductas y comportamientos de prevención qué teníamos en el pasado no deben ser olvidadas y deben ser reincorporados de manera urgente para que realmente contribuyamos en evitar la presencia del vector y es allí adonde cada uno de nosotros tenemos una gran responsabilidad de evitar la presencia de criaderos en nuestras casas, en nuestros lugares de trabajo, en los espacios públicos”.
Vacuna
Por último, con respecto a la vacuna contra el dengue indicó: “La vacuna es un elemento adicional para el control, por el momento la principal medida de control son las acciones para evitar la presencia del vector y la detección temprana y el cuidado de las personas para evitar que quienes adquieran dengue evolucionen a formas graves”.