miércoles, 11 de diciembre de 2024 17:40
La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una advertencia de un nuevo virus transmitido por mosquitos está avanzando rápidamente en América, dejando miles de contagios a su paso.
La enfermedad, conocida como virus de Oropouche, ya se cobró vidas y amenaza con extenderse aún más si no se toman medidas urgentes. El virus de es transmitido por los mosquitos Culicoides paraensis y Culex quinquefasciatus.
El epicentro del brote es Brasil, donde el impacto fue devastador, con miles de casos confirmados y pérdidas humanas. Mientras tanto, otros países como Perú y Cuba lidian con el temor de que el virus continúe expandiéndose.
Hasta la jornada de del miércoles se registro en Brasil 9563 casos y dos muertes relacionadas, mientras que otros países como Perú, Cuba, Bolivia y Colombia presentan cifras menores, aunque preocupantes.
Además, se han identificado casos importados en Estados Unidos, Canadá e Islas Caimán.
El impacto en la región incluye:
Transmisión vertical: Brasil y Cuba reportaron muertes fetales, abortos espontáneos y malformaciones congénitas vinculadas al virus.
Riesgo de salud pública: la OMS considera que el riesgo es alto a nivel regional debido a la temporada de arbovirus en curso.
Medidas preventivas: los países han recibido alertas epidemiológicas y capacitaciones para el uso de pruebas diagnósticas, como la RT-PCR, que permite identificar el virus de manera precisa.
De acuerdo a lo informado aunque no se contagia entre personas, sus síntomas, que aparecen entre cuatro y ocho días después de la picadura, son similares a los del dengue:
Fiebre.
Dolores de cabeza, musculares y articulares.
Náuseas y vómitos.
Sensibilidad a la luz.
En casos graves, la infección puede derivar en meningitis o encefalitis. Sin embargo, no existe un tratamiento antiviral específico ni una vacuna disponible.
La OMS recomienda adoptar las siguientes medidas para prevenir el contagio:
Evitar sitios con acumulación de agua, donde proliferan los mosquitos transmisores.
Utilizar mosquiteros y repelentes, preferiblemente con compuestos como deltametrina o DEET.
Aplicar insecticidas en áreas de riesgo.
El cambio climático y las alteraciones ambientales, como la deforestación, favorecieron la expansión del virus más allá de su zona endémica, aumentando su alcance en el continente. La OMS insta a los países a trabajar en conjunto para abordar este desafío sanitario emergente.