Ante el incremento acelerado de casos en el hemisferio norte, especialistas analizan las características de este virus respiratorio. Su alta transmisibilidad y capacidad para evadir parcialmente al sistema inmune adelantan los picos estacionales y aumentan la presión sobre los sistemas de salud.

viernes, 19 de diciembre de 2025 18:30

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El subtipo H3N2 subclado K es una variante de la influenza que se ha vuelto predominante en países como España, Alemania, Estados Unidos y Japón. Esta cepa se caracteriza por tener modificaciones en su superficie viral que dificultan su reconocimiento por parte del sistema inmunitario, facilitando su propagación.

Manifestaciones clínicas y tratamiento

Aunque se enfoca en la dinámica epidemiológica, se destacan los siguientes aspectos sobre su manifestación y manejo:

  • Cuadros comunes de gripe: Se presenta como un cuadro gripal tradicional, pero con un comportamiento más agresivo en esta variante específica.
  • Signos de alarma: La dificultad respiratoria y los síntomas persistentes son motivos de consulta médica inmediata.
  • Manejo de la enfermedad: El tratamiento se centra en el reposo, la hidratación y el control de la fiebre.
  • Uso de medicamentos: Se advierte que los antibióticos no tienen efecto sobre este virus y su uso inadecuado es contraproducente.

Grupos de mayor riesgo

El impacto de esta variante es más severo en poblaciones específicas:

  • Niños menores de 5 años: Especialmente vulnerables a las complicaciones respiratorias.
  • Adultos mayores: Presentan mayor riesgo de internación y cuadros graves.
  • Personas con enfermedades crónicas: Poseen una mayor predisposición a sufrir el impacto de la influenza.

Recomendaciones para la prevención

Los expertos subrayan que la vacunación es el escudo principal. Para el contexto local, el epidemiólogo Hugo Pizzi recomienda vacunarse en marzo para alcanzar un estado de «solidez epidemiológica» antes de la llegada del frío.

Otras medidas esenciales incluyen la ventilación de ambientes, el lavado frecuente de manos y el uso de barbijos en espacios cerrados o concurridos para disminuir la transmisión en los meses de invierno.

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