viernes, 19 diciembre, 2025

Círculo vicioso

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Una reciente investigación realizada por el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA confirma la creciente tendencia de empobrecimiento de los trabajadores argentinos, fenómeno que se ve acompañado por la destrucción del empleo formal y el avance sostenido de la precarización laboral.

El informe, realizado por los investigadores Eduardo Chávez Molina, Mariana Sosa y José Rodríguez de la Fuente, se denomina “Recomposición Laboral Regresiva. En busca del millón de pesos”, aporta números precisos al proceso de proceso, al que describen como “de precarización estructural que compromete la sostenibilidad del sistema previsional y las condiciones de vida de la mayoría de la fuerza laboral”.

Desde el comienzo de la gestión libertaria se destruyeron 407 mil puestos de trabajo formal, fenómeno que ha provocado que el porcentaje de informalidad alcance niveles récord, superiores al 43% de las personas ocupadas, porque nueve de cada diez puestos generados en los últimos dos años son precarios.

El deterioro constante de los ingresos reales, con impacto directo en la contracción del consumo interno, propicia asimismo el aumento de la pobreza entre los trabajadores. El deterioro constante de los ingresos reales, con impacto directo en la contracción del consumo interno, propicia asimismo el aumento de la pobreza entre los trabajadores.

El modelo económico, que combina caída del poder adquisitivo de los salarios y apertura casi irrestricta de las importaciones, ha deprimido el consumo masivo y provocado un incremento de los despidos. Un porcentaje muy alto de los trabajadores que pierden el empleo formal termina reinsertándose en el mercado laboral a través de empleos precarios que profundizan condiciones de alta vulnerabilidad, e ingresos que, en promedio, son aproximadamente la mitad que los de los puestos de trabajo registrados.

El trabajo de los investigadores de la Universidad Nacional de Buenos Aires indaga también respecto de los trabajadores cuyos salarios se encuentran muy por debajo de la línea de la pobreza. En ese sentido, indica que “el 72% del total de ocupados percibe ingresos mensuales de 1 millón de pesos o menos, una cifra que se encuentra por debajo del valor de la Canasta Básica Total ($1.213.799 en octubre de 2025, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos)”.

El retroceso de los ingresos de los trabajadores provoca, asimismo, como consecuencia lógica, un avance del pluriempleo –trabajadores que tienen dos o más trabajos- que ya alcanza al 12% de los ocupados.

De persistir esta dinámica, la economía argentina se encamina hacia una profundización altamente riesgosa de la informalidad y la precarización laboral. Este proceso genera un deterioro constante de los ingresos reales, con impacto directo en la contracción del consumo interno y, por esa vía, en el aumento de la pobreza. Se configura así un círculo vicioso que compromete el crecimiento y la cohesión social. Romper esta inercia exige políticas activas orientadas a la promoción del empleo formal, la reindustrialización y el fortalecimiento de una Argentina productiva, capaz de generar valor agregado, trabajo de calidad y un sendero de desarrollo sustentable en el mediano y largo plazo.

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