jueves, 18 diciembre, 2025

Las provincias en un nuevo escenario

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lunes, 15 de diciembre de 2025 01:17

Poco tiene que ver el cierre de este 2025 con sus inicios y con su desarrollo, ya que en el transcurso de los meses el escenario político fue mutando una y otra vez. En parte es lógico porque se trató de un año electoral, pero la particularidad surge porque no siempre los resultados obtenidos fueron determinantes para el diseño de las estrategias actuales. En ningún ámbito se observa mejor esa realidad que en las provincias, ya que victorias que consolidaron el poder distrital, no resolvieron cuestiones de fondo vinculadas con la disponibilidad de recursos o el posicionamiento ante el Gobierno nacional. Precisamente Casa Rosada resultó fortalecida en el Congreso y en su proyecto, y eso empuja a los mandatarios a recalcular posiciones, y en muchos casos a tomar decisiones y caminos distintos.

Por eso, en retrospectiva, se puede mirar el 2025 como una montaña rusa entre Nación y Provincias, con pulseadas que mostraron momentos de mayor y menor tensión, y en las cuales la perfomance electoral libertaria jugó un rol decisivo. No es casual, en ese contexto, que los gobernadores hayan pasado de la guerra abierta al diálogo, y de la unión monolítica a la dispersión de la tropa. Lejos quedó aquel cierre de filas en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), cuando los 24 jefes provinciales acordaron avanzar con dos proyectos de ley propios con el objetivo de asegurarse fondos y quitarle poder a la Casa Rosada. Los recursos surgían del impulso de nuevos esquemas de distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y del impuesto a los combustibles. La reacción tenía sus razones, que nacían del incumplimiento de Javier Milei para sostener la obra pública, la caída de las transferencias discrecionales y delegación de facultades como la educación, la salud y la seguridad sin los recursos correspondientes. El texto de los gobernadores sobre el ATN fue aprobado por ambas cámaras y posteriormente vetado por Milei. El tributo a las naftas, en cambio, ni siquiera llegó a tratarse, ya que el Gobierno logró desactivarlo.

El día después de la elección, el panorama cambió, aunque las necesidades provinciales fueran las mismas. Confrontar ya no asomaba como la mejor estrategia, y el grupo había perdido potencia. A los mandatarios que se agruparon en Provincias Unidas les fue muy mal. A los que se vistieron de opositores inflexibles les fue muy mal, y el conjunto quedó debilitado sin importar las victorias anotadas a nivel local. Sin importar, claro está, como herramienta para alterar aquella batalla que se mantenía con Nación. Casa Rosada también aportó su granito de arena: llamó al diálogo (a casi todos), dejó de agredir, y hasta resucitó el Ministerio del Interior. En otras palabras, abrió las puertas y sirvió la mesa para quien quisiera pasar. Lo hizo porque tampoco a Nación le reditúa demasiado la pelea constante: mirando al Congreso, necesita apoyo de gobernadores, cuantos más, mejor. Y allí estamos, en una nueva etapa, donde Catamarca dio por cerrada la competencia electoral y apostó por el diálogo para buscar lo mejor para la Provincia. Si el plan funciona o no, se sabrá el año próximo, y no en este momento en que aquel viaje que comenzó con el Pacto de Mayo, tras un largo círculo de estados de ánimo, vuelve al punto de partida.

El Esquiú.com

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