martes, 16 diciembre, 2025

Dólar: el Gobierno flexibiliza el esquema de bandas, se indexarán por inflación

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Apurado por la crisis de reservas, el Gobierno cedió a las exigencias del FMI y de «los mercados» de acelerar el ritmo de depreciación cambiaria. El Banco Central (BCRA) anunció este lunes a la tarde que las bandas cambiarias (el piso y el techo de la cotización del dólar oficial) pasarán a actualizarse en base a la inflación de dos meses previos. Se deja así atrás la pauta del 1% anual que funcionaba como «ancla» frente a una inflación de más del doble en los últimos meses (2,5% en noviembre).

En un comunicado, el BCRA anunció que «A partir del 1 de enero de 2026, el techo y el piso de la banda de flotación cambiaria evolucionarán cada mes al ritmo correspondiente al último dato de inflación mensual informado por INDEC (T-2)». De esta manera, el 1° de enero la banda se ajustará 2,5%, en base al IPC de noviembre.

El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, brindó una conferencia de prensa en la que planteó que «el sistema de bandas es el mejor régimen cambiario», y que la entidad comenzará a intervenir dentro de la banda con un volumen que estiman del 5% de las operaciones. El objetivo sería que el «peso no se aprecie» (una baja del dólar) ante el aumento de la demanda de dinero (pesos) que en teoría esperan para los próximos días. Pero en realidad hay una necesidad desesperada del Gobierno de acumular dólares para afrontar los futuros vencimientos, y si el BCRA comienza a comprar divisas, su cotización necesariamente subirá.

La decisión de flexibilizar las bandas fue inmediatamente celebrada por la vocera del Fondo Monetario Internacional (FMI), Julie Kozack, quien tuiteó «Celebramos el reciente acceso al mercado y las medidas anunciadas para fortalecer el marco monetario y cambiario, reconstituir los colchones de reservas e impulsar reformas que impulsen el crecimiento. Estamos colaborando estrechamente con las autoridades en la implementación de estas importantes medidas.» Un reconocimiento de que fue más bien una exigencia del propio organismo, que en la revisión de este mes deberá conceder un «waiver» (perdón) al gobierno argentino por haber quedado muy lejos de cumplir la meta de acumulación de reservas.

Se estima que las reservas netas se encuentran en negativas por U$S 17.000 millones (según la metodología contable del FMI), mientras que la meta era de U$S 3.000 millones negativos.

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Caputo esperaba contar con un «blindaje» por parte de fondos internacionales, del orden de unos U$S 20.000 millones, y ahora busca desesperadamente un «repo» de corto plazo por unos U$S 4.000 millones. En el medio debió buscar financiamiento a una de las tasas de interés más costosas en dólares (9,26%), y conceder una nueva rebaja de retenciones a las agroexportadoras para buscar que liquiden más rápido los dólares de la cosecha.

El problema es que el Gobierno necesita dólares para pagar los vencimientos de deuda de enero, por unos U$S 4700 millones. El costo lo paga el ajuste del gasto público y los bolsillos de las mayorías trabajadoras.

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A pesar de haber contado con exportaciones récord y un balance comercial favorable, un desembolso millonario por U$S 14.000 millones del FMI y el rescate electoral de Trump a Milei, salieron más divisas de las que entraron y las reservas se diluyeron. Esto es así por los numerosos pagos de vencimientos de deuda, la fuga de capitales que realizan las multinacionales y grupos concentrados nacionales de forma solapada, la salida de dólares por turismo y la apertura importadora.

La salida de la devaluación por la que presionan sectores del «mercado», aunque por el momento es una flexibilización del esquema de bandas, se expresa en efectos inflacionarios y castiga los bolsillos de las mayorías trabajadoras.

Para defender la moneda nacional y evitar golpes de mercado la clase trabajadora debe imponer una salida propia, cortando todas las vías de fuga de capitales con la centralización del sistema bancario en un banco central único, gestionado por sus trabajadores, y la nacionalización del comercio exterior. Y fundamentalmente mediante un desconocimiento soberano de la deuda externa, que parta de una investigación de sus ilícitos y se conquiste con la movilización popular.

Caputo busca sostener la «estabilidad cambiaria» y los pagos de deuda con una destrucción de los salarios y del aparato productivo, mientras intentan pasar la reforma laboral esclavista que liquida derechos laborales básicos. Por ello, ante la claudicación de las centrales sindicales, es necesario pelear por imponer un verdadero paro nacional y un plan de lucha hasta derrotarlos.

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