sábado, 13 de diciembre de 2025 11:00
El trabajo para toda la vida dejó de ser un ideal aspiracional para las nuevas generaciones. En su lugar, gana terreno una lógica basada en la flexibilidad, el propósito y la acumulación de experiencias laborales, según advierten especialistas en recursos humanos.
“Hay una modificación enorme en este sentido. Hoy hablamos más de fidelización que de retención. Antes las políticas de Recursos Humanos buscaban retener al talento con pagos o beneficios. Hoy, muchos jóvenes ya no ven la rotación como una mancha en el currículum, sino como un símbolo de crecimiento, movimiento y evolución profesional”, explicó Leandro Cazorla, CEO de Adecco Argentina.
Mientras objetivos tradicionales como la casa propia, la familia clásica y las carreras de por vida dejan de ser un horizonte inmediato, se consolida una nueva forma de concebir el trabajo: como un espacio para aprender, experimentar, moverse y capitalizar cada etapa. En este escenario, cambiar de empleo ya no representa un problema, sino un activo.
Durante décadas, el recorrido “correcto” parecía estar definido: ingresar a una empresa, crecer dentro de ella y jubilarse en el mismo lugar. Hoy, ese camino ya no es universal. De acuerdo con Adecco, las nuevas generaciones están rompiendo con esas estructuras y priorizan valores como el bienestar, la libertad de movimiento, el equilibrio entre vida personal y laboral y el sentido de propósito.
En lugar de permanecer durante décadas en una misma organización, cada vez más jóvenes optan por sumar proyectos, aprendizajes y desafíos diversos. “Hoy se habla directamente de ‘pasaporte laboral’. Esos ‘sellos’ son experiencias que se pueden capitalizar y que construyen un perfil profesional. El desafío para las empresas es entender que la fidelización ya no pasa solo por el salario, sino por una propuesta de valor más flexible, dinámica y con propósito”, señaló Cazorla.
Este cambio de prioridades no solo atraviesa el mundo del trabajo. Así como viajar, formarse y vivir experiencias desplazó a la casa propia como objetivo central para muchos jóvenes, esa misma mentalidad se trasladó al ámbito laboral. El empleo ya no es únicamente un lugar de permanencia, sino un territorio de exploración y crecimiento personal.
En este contexto, factores como el clima laboral, el liderazgo cercano, la flexibilidad y las oportunidades reales de desarrollo adquieren mayor relevancia frente a esquemas rígidos del pasado.
Si bien en puestos estratégicos la permanencia sigue siendo clave y la productividad aumenta con el tiempo, las empresas ya no pueden apoyarse únicamente en modelos tradicionales. “Las organizaciones tienen que diseñar estrategias de fidelización basadas en propósito, flexibilidad, beneficios personalizados y una lectura real de las distintas generaciones que conviven dentro de ellas. Hoy la propuesta de valor ya no puede ser lineal ni homogénea”, concluyó Cazorla.
