martes, 28 de octubre de 2025 20:21
El papel de las tecnologías digitales, como el Internet de las Cosas (IoT), la impresión 3D y las plataformas digitales, presenta un potencial significativo para apoyar una economía circular. Sin embargo, estas tecnologías no son una solución mágica que pueda cambiar instantáneamente la forma en que se utilizan y producen los recursos físicos para prevenir el desperdicio y promover una economía circular.
En su tesis doctoral, Ida Eyi Heathcote-Fumador explora las prácticas circulares mediadas digitalmente dentro de ecosistemas para entender las interacciones humano-material involucradas en la habilitación de una economía circular mediada digitalmente. Heathcote-Fumador defenderá la tesis el 5 de noviembre.
La economía circular se centra en gestionar el uso y la creación de recursos físicos, productos, materiales residuales y subproductos para evitar que terminen en vertederos como desechos, asegurando al mismo tiempo que los materiales orgánicos regresen de manera segura al medio ambiente.
¿Qué desafíos se abordan en la investigación?
Los recursos materiales y su gestión sostenible son centrales en la economía circular, mientras que las tecnologías digitales a menudo se consideran más intangibles, flexibles y con múltiples funciones. Al examinar el papel de las tecnologías digitales, a menudo se pasan por alto las características materiales que dan forma a estas tecnologías, así como las actividades humanas involucradas en asegurar que las configuraciones tecnológicas y materiales se alineen con los principios de gestión sostenible de materiales.
¿Cómo se aborda el problema?
Se estudiaron dos ecosistemas, o grupos de organizaciones que trabajan juntas: uno en Ghana, África, y el otro en Europa, específicamente en Suecia y Portugal. Ambos se centraron en utilizar tecnologías digitales para apoyar la recuperación sostenible de desechos del medio ambiente.
A través de entrevistas, observaciones y análisis de documentos, se examinó cómo los materiales físicos, las tecnologías digitales y las actividades humanas se influyen mutuamente para crear prácticas circulares mediadas digitalmente. Se utilizó un enfoque de sintonización humano-material para entender los roles mutuos de los materiales, las tecnologías digitales y las acciones humanas en el establecimiento de prácticas circulares.
¿Cuáles son los principales hallazgos?
Se desarrolló un modelo que muestra que los principios circulares del cuidado de los recursos son centrales para las actividades que conducen a la aparición de prácticas circulares mediadas digitalmente. Las acciones humanas implican la imaginación colectiva de futuros sostenibles para la producción y el consumo, la prospección de materiales y tecnologías digitales adecuadas, y su configuración para realizar estas visiones. Este proceso de configuración, denominado sintonización—un término introducido por Andrew Pickering en 1993—es similar a ajustar una radio para obtener una señal preferida.
Por ejemplo, las organizaciones estudiadas compartieron un fuerte compromiso por reducir los desechos ambientales convirtiéndolos en nuevos productos con la ayuda de tecnologías digitales. Identificaron materiales desechados como redes de pesca y seleccionaron tecnologías como la impresión 3D para transformar estos desechos en nuevos productos.
Sin embargo, dado que las impresoras 3D están típicamente optimizadas para materiales vírgenes, el proceso requiere una extensa experimentación para adaptar la tecnología a insumos reciclados. Esta perseverancia, impulsada por el cuidado tanto del material como del medio ambiente, permitió la realización exitosa de prácticas circulares mediadas digitalmente.
¿Qué se espera lograr con la investigación?
La investigación busca alentar tanto a académicos como a profesionales a considerar las actividades materiales y humanas de la economía circular al examinar cómo las tecnologías digitales la habilitan. La circularidad se basa en principios específicos, con los materiales en su centro. Reconocer y documentar su influencia puede mejorar nuestra comprensión general de cómo los componentes materiales, digitales y humanos se interconectan, moldeando prácticas circulares mediadas digitalmente. Este reconocimiento integral resultará en soluciones que promuevan efectivamente una economía circular.
