jueves, 16 de octubre de 2025 17:00
La historia entre Julieta Ortega y Andrea Rincón comenzó hace más de una década, cuando el azar de compartir barrio derivó en un vínculo tan intenso como inesperado. En 2013, un mensaje por redes fue suficiente para que iniciaran una relación de amistad que ambas describieron como casi un enamoramiento. La conexión fue profunda y cotidiana, con apoyo emocional, proyectos compartidos y una complicidad que las mostraba inseparables.
Con los años, ese lazo se fortaleció. Julieta Ortega, con su experiencia y entorno, acompañó a Andrea Rincón en momentos complejos y se convirtió en una figura clave en su vida. La confianza entre ambas trascendía lo mediático y muchas veces se reflejaba en entrevistas y apariciones públicas, donde se destacaban mutuamente con afecto y admiración. Sin embargo, lo que parecía indestructible comenzó a resquebrajarse sin que nadie lo advirtiera.
Hoy, más de diez años después, el vínculo ya no es el mismo. Julieta Ortega habló recientemente en LAM y sorprendió con una confesión directa pero serena. “Hace mucho no tenemos el vínculo que teníamos. A veces pasa, hay que normalizar lo que sucede en las relaciones de pareja y de amistad”, aseguró. Admitió que hubo un quiebre, aunque evitó entrar en detalles. “Pasaron cosas que nunca haría públicas, nada grave, pero a veces las amigas también tienen un final”, resumió.
En el programa se insinuó que la distancia pudo estar relacionada con un cambio personal profundo de Andrea. Juli Argenta mencionó que ella se involucró mucho con la religión cristiana, y Ángel de Brito deslizó que eso “algo tiene que ver” con la separación entre ambas. Sin embargo, ninguna de las protagonistas confirmó ese motivo de manera explícita.
Andrea Rincón también fue consultada por el tema y eligió restarle dramatismo. “Peleadas no estamos, pero sí cuando arranqué mi camino con la iglesia, ella tomó otro camino. Las personas van evolucionando, a veces te vas encontrando y otras no”, explicó, marcando que la distancia surgió de diferencias en sus procesos personales.
Pese al alejamiento, Andrea Rincón fue contundente sobre sus sentimientos. “A Julieta la amo, tengo un amor incondicional por ella. No hay nada que ella pueda hacer que haga que la deje de amar”, declaró. Insistió en que el cariño permanece, aunque ya no compartan tanto tiempo ni proyectos. “Lo que siento por ella es incondicional. Ella lo sabe”, agregó.
En medio de este escenario, también quedó atrás el trabajo conjunto que compartían en el ciclo Las Pibas Dicen en Blender. Julieta Ortega comentó que fue Andrea quien decidió dar un paso al costado. La ex Gran Hermano explicó que comenzó otros proyectos y no podía sostener todo a la vez, aunque reconoció que sentía que no terminaba de encajar en ese formato.
Sin confrontaciones públicas ni escándalos visibles, el vínculo se apagó entre silencios, distintos caminos y declaraciones cruzadas que revelan afecto, pero también una herida que ya no se intenta reparar.