Ante la prolongada sequía y el incremento del consumo doméstico, Aguas de Catamarca realiza obras estratégicas en acueductos, cisternas y pozos para garantizar el suministro en la Capital y el interior. El gerente Marcelo Marí pidió responsabilidad ciudadana y uso racional del agua.
La falta de lluvias, el viento y las altas temperaturas generan un panorama complejo para el suministro de agua en la Capital. Marí, explicó que la empresa lleva adelante una fuerte inversión en obras de captación, rebombeo y cisternas, al tiempo que instó a los usuarios a hacer un uso responsable del recurso.
Entre los trabajos más relevantes se encuentra la continuidad del acueducto del dique Las Pirquitas, que permitirá abastecer de manera más eficiente el norte de la ciudad y redistribuir el agua hacia el centro y el oeste. En paralelo, se avanza con una nueva cisterna en el barrio Antinaco y la conexión de un pozo en el predio del exSussex para fortalecer el servicio en la zona sur.
Marí señaló que este período es crítico por la baja en el caudal del río del Tala, que actualmente llega a solo 150 metros cúbicos por hora, frente a un régimen óptimo de 900.
Además, explicó que el viento y el riego intensivo triplican el consumo, de manera que solo 200 litros por persona se destinan al consumo humano, mientras que el resto se emplea en piletas, jardines y lavado de vehículos.
“El sistema de agua es empático: el agua que malgasto yo es la que le falta al vecino en la próxima cuadra”, advirtió el ingeniero. A pesar de este escenario, la empresa sigue ejecutando proyectos para reforzar la parte oeste de la ciudad y garantizar la producción de agua, incluyendo nuevas vinculaciones de pozos y la extensión del acueducto hacia Emaús.
También se realizan inversiones en el interior provincial y se incorporaron camiones cisterna para abastecer zonas de baja presión o con problemas de distribución. Marí concluyó subrayando que el equilibrio entre producción y consumo depende del compromiso ciudadano y de las obras en curso.
Datos
Durante las últimas semanas, el río El Tala —principal fuente de agua cruda para las Plantas Potabilizadoras N°1 y N°2— registró una disminución superior al 50% de su caudal habitual, mientras que el Dique Pirquitas presenta niveles por debajo de su promedio histórico.
A esta realidad se suma el alto consumo de agua potable, que supera los 250 litros diarios por habitante, frente a los 100 litros recomendados por la OMS.n