sábado, 13 de septiembre de 2025 12:05
Los trastornos del sueño son uno de los impactos más frecuentes y condicionantes para quienes viven con dermatitis atópica (DA), según un reciente relevamiento realizado en Argentina en el marco del Día Mundial de la Dermatitis Atópica, que se conmemora el 14 de septiembre.
La investigación, que incluyó encuestas a 130 adultos y cuidadores de menores y 25 entrevistas en profundidad con pacientes, médicos y pagadores, reveló que la picazón persistente y las crisis cutáneas dificultan un sueño reparador. Tres de cada diez encuestados indicaron que, al menos una vez al mes, no logran dormir toda la noche por la picazón, mientras que el 70% restante señaló que el impacto sobre su descanso es aún mayor.
El estudio también reflejó un fuerte impacto emocional: cambios de humor (55%), frustración (52%), cansancio (49%), vergüenza (44%) y sensación de soledad (30%). Los efectos son similares en niños y adolescentes, evidenciando que la enfermedad afecta desde etapas tempranas de la vida. El descanso insuficiente genera un círculo vicioso de irritabilidad, cansancio y agravamiento de los síntomas.
La DA no controlada genera un enorme desgaste en quienes la padecen y en su entorno familiar. Es clave acompañar al paciente de manera integral, incluyendo apoyo psicológico, destacó la Dra. Valeria Angles, especialista en dermatología infantojuvenil del Hospital Italiano de Buenos Aires y coordinadora del grupo de trabajo de DA de la Sociedad Argentina de Dermatología.
El relevamiento también señaló que los pacientes con DA severa requieren múltiples tratamientos, incluyendo innovadores como los biológicos, a los que solo accede un porcentaje limitado. Aquellos que logran acceder a estas terapias presentan mejor control de síntomas, reduciendo su promedio de 3,7 a 2,7 manifestaciones.
Los expertos subrayan la importancia de un diagnóstico precoz, seguimiento adecuado, registro de brotes y comunicación abierta con los profesionales de salud, además de un abordaje integral que contemple tanto el aspecto físico como el emocional de la enfermedad.
La dermatitis atópica es mucho más que un problema de piel. Necesitamos conciencia social, cobertura de tratamientos esenciales y un abordaje integral que mejore la calidad de vida de los pacientes, concluyó la especialista.
Fuente: Noticias Argentinas