El diputado nacional y actual candidato a la reelección por el partido Potencia, Ricardo López Murphy, cuestionó el escándalo de las presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), que habría salido a la luz con los audios filtrados del extitular de la cartera, comprometiendo a varias figuras cercanas al presidente Javier Milei. Según sus declaraciones a Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3): «Nadie sabe quién trajo a Spagnuolo«, a pesar de que ocupaba un cargo muy decisivo.
El diputado nacional y economista Ricardo López Murphy es un académico con vasta obra escrita, licenciado en Economía por la Universidad Nacional de La Plata, y profesor de la Universidad de La Plata, la Universidad Argentina de la Empresa y la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina. Su carrera política incluye haber sido ministro de Defensa, ministro de Economía y ministro de Infraestructura y Vivienda durante la presidencia de Fernando de la Rúa, y en 2023 integró los equipos y listas de la precandidatura presidencial de Patricia Bullrich dentro de Juntos por el Cambio. Actualmente preside la Fundación Cívico Republicana y continúa activo en la política nacional.
¿Cómo ve esta especie de anomia que está sufriendo el gobierno, esta sensación de, no sé si cierto vacío de poder, sobre el que hablábamos al principio? ¿Cómo se imagina usted que termina el año y cómo sigue?
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Este periodo electoral es bueno para las sociedades republicanas, porque es cuando usted rinde cuentas. Tiene que mostrar qué hizo, por qué, cuáles son las razones, y además sufre una fiscalización muy fuerte del periodismo, de sus adversarios y de la ciudadanía. A mí me parece muy bueno ese sistema y problemas hubo todos los años de gestión.
De todas maneras, el gobierno tiene dificultades serias en materia de su equipo dirigente. O sea, Spagnuolo, hasta ahora, nadie sabe quién lo trajo a un cargo muy decisivo, una persona además muy controvertida…. Yo tengo 21 pedidos de informe sobre barbaridades que él decía. Creo que hay un problema de elenco de gobierno.
¿Es posible que una persona de la nada, eh, pueda, siendo diputado, a los dos años ser presidente y tener el elenco suficiente para cubrir la cantidad de puestos importantes que requiere un país? ¿O es imprescindible que haya partidos políticos? Porque nadie podría de un día para otro generar la cantidad de cargos necesarios.
El gobierno kirchnerista fue una catástrofe que dio lugar a buscar una cosa muy rara: un outsider. A la par la campaña del 2023, todavía me lo echan en cara todos los días: yo dije que era un fenómeno barrial, tratando de transmitir que no iban a tener los cuadros para poder efectivamente ocupar el Estado federal y realizar la tarea que había que hacer.
Allí, lo que yo quise transmitir es que no tenían diputados, no tenían senadores, íbamos a vivir en crisis con el Congreso. Pero, a mí el único tema que me preocupa en estas elecciones es que los «K» saquen votos, porque es como una gran enfermedad que tenemos después del semejante desbarajuste que dejaron los Néstor, Cristina y Alberto. Ya me pone… la verdad, me genera la sensación de que no podemos salir de esa, de esa desgracia que nos ha ocurrido en el 2003.
Ellos aparecieron en la derrota del 2023. Aquella gente buscó una cosa desesperada, por eso tantos años de un fracaso estruendoso que no hay modo de ver. ¿Por qué no se vio antes? Porque muchos de nosotros, conscientes de la terrible herencia que habían dejado Cristina, Alberto y compañía, hicimos lo posible para que el gobierno enderezara una salida. Ahora, una cosa es facilitar los instrumentos para poder gobernar y otra cosa es ver cuál es el rumbo.
Allí, hay tres cosas que me parece que hay que destacar y que son muy complicadas: primero, hay una demanda de transparencia en nuestra sociedad extraordinaria. No hay segundas oportunidades para los corruptos, caiga quien caiga. O sea, la política está presa. Porque yo creo que no enfatizamos suficiente que pasó por 16 jueces y 19 fiscales.
También es necesario que los gobiernos que lo sucedan exageren en la transparencia, y ahí vienen los problemas que estamos teniendo ahora. O sea, si habíamos venido de esa herencia, había que ir del otro lado exagerando.
Por último, habría que hacer un programa que consultara las dificultades que Argentina tiene derivadas, en gran medida, de los «K»: una profunda descapitalización. O sea, el peor discurso que yo le escuché al presidente fue el del primero de marzo del 24, cuando fue al Congreso a presentar sus ideas. Yo digo: “Estamos perdidos”. ¿Por qué? Porque en ese discurso él transmite la ilusión de que tenemos unos niveles de posibilidades y de ingreso que no tiene. La caída de su nivel de vida está asociada a que hace muchos años que no invierte. Lo poco que invirtió, lo invirtió muy mal.
Entonces, el país necesita una política orientada a las exportaciones, a la inversión privada, al empleo privado. Esa es su prioridad. Esta estrategia de tratar de forzar indicadores de inflación muy bajos, al costo que sea, yo creo que le hace mal. Le hace mal en empleo, le hace mal en materia de exportación y le hace mal en materia de inversión.
Lo que usted dice es que el error inicial de Milei, creer que la Argentina, que supuestamente en 2030 podría tener exportaciones per cápita dobles que hoy porque tendría el cobre, el litio y Vaca Muerta a pleno, sobrevalúa esas posibilidades y además las adelanta.
Circunscribe, sobrevalúa esas circunstancias. Le explica mal a la sociedad la terrible herencia que dejaron los «K». Si no lo ponemos blanco sobre negro, nos trae ese problema. Dejaron no solo una catástrofe en materia fiscal y monetaria.
Me autoadjudico un conocimiento muy hondo de nuestra historia económica. Nunca habíamos dejado de pagar a los proveedores como lo hizo Massa, y eso nos creaba el riesgo de un colapso, no solo fiscal y monetario, como fue el de Alfonsín o los primeros meses de Menem. ¿Se acuerda que Menem tuvo, después de la hiperinflación de Alfonsín… digo, para poner las cosas en perspectiva, una segunda hiperinflación? La de Alfonsín fue de 5,000%, la de Menem 21,000% ¿Por qué? Porque fracasaron los primeros planes y la cosa se fue al demonio.
Yo creo que el daño que dejaron los «K» es increíble, y mientras no enfaticemos eso con profundidad, el riesgo es que sigamos metidos en una dicotomía disparatada.
Usted además es artífice fundamental de lo que fue el PRO, o sea, el primer aliado, el primer aliado.
El nombre y el color vienen de mi impronta: yo había puesto “Propuesta Republicana” y el amarillo, que viene del Partido Liberal Alemán. Porque hay momentos, que me producen cierta desesperación… se siente un extranjero en su patria, tanta gente que desconoce las cosas elementales en la diligencia. No digo la sociedad, sino la dirigencia.
Ahora cuénteme: cuando usted ve el recorrido que hizo Mauricio Macri ahora, ¿qué piensa? ¿Hizo mal, hizo bien, error… cuándo comenzaron?
Yo creo que cometen un error al desdibujarse, y creo que buena parte de la dirigencia… voy a decirlo con toda franqueza, hoy me acompañan, no lo harán a voz en cuello, pero personalmente me lo han venido a decir. Yo creo que es muy obvio que para muchos de ellos Potencia, expresa esos valores de una sociedad abierta, plural, que cree en la iniciativa privada, con impuestos no confiscatorios, pero que entiende que el Estado es imprescindible.
Acá viene la diferencia central que yo tengo con el presidente: el monopolio de la fuerza. Para que haya intercambios pacíficos y voluntarios, mercantiles y no mercantiles. Hace 30,000 años atrás, usted le preguntaba a la mujer que lo atraía si quería… usted la capturaba. Es decir, la civilización de la libertad implica la presencia del Estado para asegurar. No se puede ser liberal sin considerar que es imprescindible un Estado.
Eso ya digo, para los que les gusta pelearme, que ahora tengo una cantidad de trolls que me persiguen fenomenal, para los que me gusta pelearlo: escribí el manifiesto liberal del siglo XXI, no para Argentina, para todo el mundo.
Ahora estamos dispuestos a cumplir un rol en materia de auxiliar a los que sufren el infortunio. No por una cuestión de sensibilidad, sino porque es también una cuestión social: queremos que la sociedad nos acompañe. Hasta por una cuestión económica, porque finalmente, diría, hasta por una cuestión de no generar las fricciones.
La Argentina, usando la figura del peronismo, está secuestrado por el liberalismo. Uso la figura para decir eso. No es verdad, porque si no no se hubiera podido votar la ley, obviamente. Pero digo, no hay un secuestro; hay una apropiación de la palabra por una cantidad de personas que hacen exactamente lo contrario, y este es uno de los problemas del país: que una corriente que es exitosa en muchas partes del mundo acá ha sido capturada por personas que, en realidad, traicionan eso.
El grueso de las figuras intelectuales más notorias nuestras, todo lo que se asocia a Mario Vargas Llosa, para poner una figura, jamás avalaría. Escúcheme, ¿usted lo ve simpatizando? Yo lo conozco, lo conocí mucho a Mario. Viajé con él y sufrí las injurias que hacía el régimen chavista en Venezuela. Yo, ¿usted lo ve simpatizando con Orbán, con Vargas Llosa? ¿Lo ve simpatizando con Alternativa por Alemania? ¿Lo ve simpatizando con Marine Le Pen? No tenemos nada que ver con usted; lo vería simpatizando con La Libertad Avanza y con Javier Milei.
Por una cuestión muy simple: si usted recuerda el estilo de Mario, era un estilo muy señoreal, muy sofisticado, era un señor de la palabra. Y usted cree que él, de la misma forma que rechazaría a Orbán, rechazaría incluso a Milei, a Bukele, también rechazaría a Patricia Bullrich, la consideraría no liberal. Yo diría que ella integró nuestras filas. Durante mucho tiempo tuvo otras posiciones, pero desde mediados de los 90, después del episodio Yabrán, ella se acercó.
Esta Patricia Bullrich, ministra de Seguridad… no se olvide que nos estamos enfrentando a elecciones. Yo no hubiera ido por el lado que ya fue, eso está claro. Tengo una visión muy contrastante de la valoración de lo que ha significado ese llamado al odio. Es una cuestión importante, porque quien promovía el odio, en otros contextos históricos, era extremo: por ejemplo, Castro o el Che Guevara, que decía que había que convertir a los militantes en frías máquinas de matar.
Por eso, mire, una cosa muy importante: ¿cuál es la característica de nuestra estética? La división de poder, el respeto al Congreso, el debido proceso.
Lluvia de memes y videos contra Karina Milei por el escándalo de las coimas
¿Cuál cree usted que tendría que ser la solución para corregir estos problemas después de la elección?
La Argentina, si va a crecer y salir de esta catástrofe que nos dejaron los kirchneristas, solo lo va a hacer si crecen las exportaciones, la inversión y el empleo privado. Para que eso ocurra, necesitamos una política fiscal que nos lleve a un superávit. ¿Por qué? Porque Argentina tiene intolerancia a la deuda.