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Viejas recetas para viejos problemas

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lunes, 25 de agosto de 2025 02:01

La palabra cíclico podría definir a la perfección a la Argentina, ya que tanto en temas trascendentes como menores, periódicamente se repiten las mismas situaciones y discusiones. Ahora, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que propone un cambio del huso horario de Argentina, con el adelanto una hora en los relojes del país, algo que ya se hizo y se deshizo en varias ocasiones anteriores. Según remarcaron los quienes impulsan el proyecto, las razones son educativas, aunque también se relacionan con una reacción ante la crisis de energía. Argentina recurrió en distintas etapas de su historia a esta medida, que buscaba moderar el consumo de electricidad en momentos críticos. Sin embargo, desde hace más de una década el país mantiene fijo el mismo huso horario.

Esta vez, la medida impulsada por el legislador Julio Cobos, y propone volver al huso horario que rigió en 1969. En los fundamentos de la iniciativa, se plantea la reducción del consumo eléctrico como un objetivo de largo plazo, al mismo tiempo que se menciona un factor coyuntural: el impacto del aumento en los precios internacionales de gas, petróleo y carbón derivado del conflicto en Medio Oriente y de la guerra entre Ucrania y Rusia. En 2007, el Congreso sancionó la Ley 26.350, que estableció como Hora Oficial de Argentina (HOA) el huso -3 en invierno y -2 en verano. Ese marco normativo regía tanto el horario estándar como el adelantado. Pero dos años más tarde, en 2009, el sistema quedó suspendido. Desde entonces, el país ya no volvió a aplicar oficialmente los cambios de hora.

La historia de los ajustes de horario en Argentina se remonta a 1930, cuando, al igual que muchos países, el Gobierno resolvió adelantar los relojes como respuesta a la crisis energética internacional. Una situación similar ocurrió en 1974, en medio del shock petrolero. Más adelante, en 1988, el Ejecutivo volvió a imponer modificaciones en el horario con el objetivo de contener el consumo de electricidad frente a otra crisis energética. Si bien desde 2009 no se volvieron a implementar cambios de hora, ya en 2022 se presentó un proyecto en el Congreso -impulsado por el propio Cobos- que buscaba retrasar una hora los relojes, recuperando el huso vigente en 1969. Para algunos, la medida podría reducir el gasto eléctrico y también mejorar el bienestar de la población, especialmente en contextos escolares. Para otros, el cambio puede generar desincronización y diversos problemas, desde el insomnio hasta la desatención escolar. Las experiencias anteriores indican que sí hay inconvenientes, como amanecer sin sol en invierno o mantenerse a plena luz del día cerca de las 22 horas en verano, pero se trata de incomodidades pasajeras hasta que todos se acostumbran. No parece una cuestión de gran trascendencia, aunque ahora deberá decidir el Senado si el cambio se implementa o no.

El Esquiú.com

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