OpenAI, creador de ChatGPT, está en negociaciones para una potencial venta de acciones que podría valorar la empresa en 500.000 millones de dólares, convirtiéndola en la empresa no cotizada más valiosa del mundo. Thrive Capital, liderado por Joshua Kushner, es uno de los principales candidatos para encabezar esta ronda, habiendo invertido en la compañía en 2023.
De concretarse el acuerdo, OpenAI superaría a SpaceX de Elon Musk (valorada en 400.000 millones de dólares), ByteDance (matriz de TikTok) y xAI (otra compañía de IA de Musk), posicionándose como la startup privada más valiosa.
La valoración de OpenAI, bajo el liderazgo de Sam Altman, se ha disparado desde el lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022. En marzo, una ronda de financiación de 40.000 millones de dólares elevó su valor a 300.000 millones, el mayor monto jamás recaudado por una tecnológica privada. Solo cuatro meses después, esta cifra habría aumentado en 100.000 millones, un crecimiento sin precedentes en Silicon Valley.
Las conversaciones, en fase inicial, involucran una venta secundaria de acciones de empleados actuales y extrabajadores. Esta operación busca retener al personal en un momento de gran interés inversor en la IA generativa, ofreciéndoles liquidez. En los últimos meses, OpenAI ha visto a algunos de sus talentos ser reclutados por Meta (que también ha fichado de Apple para su división de Superinteligencia) con ofertas millonarias.
A principios de esta semana, OpenAI anunció que estaba cerca de superar los 700 millones de usuarios activos semanales. La empresa proyecta que sus ingresos recurrentes anuales superen los 20.000 millones de dólares para finales de año, frente a los 10.000 millones de junio.
Mientras tanto, Anthropic, un rival clave de OpenAI, negocia una nueva financiación de entre 3.000 y 5.000 millones de dólares, liderada por Iconiq Capital, con una valoración potencial de 170.000 millones de dólares, un aumento significativo desde los 61.500 millones de marzo.
La historia de una empresa que vale casi lo mismo que el PBI de Argentina
OpenAI se fundó en 2015 como una organización sin fines de lucro, con la misión de asegurar que la inteligencia artificial general (IAG) beneficie a toda la humanidad. Entre sus fundadores se encontraban Elon Musk, Sam Altman, Ilya Sutskever, Greg Brockman y otros expertos en IA.
Sam Altman es una de las figuras más prominentes en el ámbito de la inteligencia artificial y le negó a Musk la venta de la empresa dueña de ChatGPT a principios de este año.Musk y un grupo de inversionistas le presentaron una oferta que ascendía a 97.400 millones de dólares para comprar OpenAI, según The Wall Street Journal.El motivo de la oferta era volver a dirigir el modelo de negocio de la compañía a un enfoque sin ánimo de lucro, como lo había concebido Musk cuando ayudó a fundarla.
Altman, junto a Musk, defendió desde el principio una visión dual: mientras que la IA representa una oportunidad sin precedentes, también podría convertirse en una amenaza si no se regula de manera adecuada.
En 2016, en un reportaje de The New Yorker, Altman expresó: «O esclavizamos a la inteligencia artificial o nos esclavizará a nosotros». Esta idea, compartida por Musk, los llevó a diseñar estrategias para equilibrar el desarrollo tecnológico con medidas de seguridad.
El liderazgo de Altman al frente de OpenAI impulsó herramientas revolucionarias como ChatGPT y DALL-E. Sin embargo, el ejecutivo ha reconocido públicamente las limitaciones de estas tecnologías.
En diciembre de 2022, escribió en X (antes Twitter): «ChatGPT es increíblemente limitado, pero lo suficientemente bueno en algunas cosas para crear una falsa impresión de grandeza. Es un error confiar en él para tareas importantes en este momento».
El despido de Altman en noviembre de 2023 sorprendió a la industria tecnológica. OpenAI justificó la decisión argumentando «pérdida de confianza» debido a que Altman «no fue consistente en sus comunicaciones» con la junta directiva.
Microsoft llegó a contratar a Altman para liderar un equipo de investigación avanzada, pero apenas dos días después, OpenAI anunció su retorno como director ejecutivo. Este acuerdo incluyó cambios en la junta directiva que había promovido su despido, marcando un giro significativo en la gobernanza de la compañía.
El regreso de Altman marcó la competencia con Elon Musk, quien se había distanciado de OpenAI en 2018, tras criticar la dirección de la empresa, sugiriendo que se había alejado de su misión inicial.