En la tarde de ayer miércoles, el Predio Ferial fue escenario de una intervención artística y comunitaria profundamente conmovedora: “Catamarca Retumba”, una caminata ceremonial que recorrió los pasillos del Poncho con cajas, coplas, vidalas y tonadas, para reivindicar una de las expresiones culturales más profundas del pueblo catamarqueño.
Convocada por el colectivo Comadres de Eulalia, con el acompañamiento del Ministerio de Cultura, Turismo y Deporte, la propuesta tuvo como eje visibilizar el canto con caja como patrimonio vivo de la provincia, revalorizando no solo su música, sino también el rol de las mujeres en la transmisión de saberes ancestrales.
La marcha se inició a las 17 en la explanada del Predio, ingresó por el Pabellón de Turismo y avanzó hasta el escenario del Mercado Cultural, donde se celebró una gran ronda de copleras y copleros provenientes de distintos puntos del interior, entre ellos Cruz Farfán, reconocida coplera de Fiambalá, Nicolás Altamiranda y un grupo de copleros de Andalgalá.
“La caja es nuestro documento de identidad”, expresaron desde el colectivo organizador. “Queremos traer al presente esa voz que resuena en los cerros, en la memoria de nuestros abuelos y abuelas, y hacerla sonar también en el corazón del Poncho”.
Sobre la propuesta
“Catamarca Retumba” nace como una propuesta que dialoga entre lo ancestral y lo contemporáneo. Inspirada en la tradicional Marcha de los Bombos de Santiago del Estero, pero adaptada al instrumento emblemático de nuestra provincia -la caja-, esta iniciativa busca repetirse cada año y convocar a más copleras y copleros del interior profundo.
Más que un espectáculo fue una ceremonia colectiva en la que el público también fue parte: una marcha que se transformó en un homenaje vivo a las voces que cantan las penas, las alegrías y las luchas del pueblo. Un homenaje también a Juan Alfonso Carrizo, nacido en La Paz, considerado el mayor recopilador de coplas y vidalas del mundo.
Arte natural del Poncho
Artesanías de todos los rubros y de distintos puntos del país pueden encontrarse en los dos pabellones de artesanías en la Fiesta del Poncho, que se realiza hasta el 27 de julio en el Predio Ferial Catamarca. Desde textiles con lana de llama y vicuña del Norte, y de oveja de la Patagonia; cestería con fibra vegetal del Litoral, de la región Centro y de los Valles Calchaquíes, hasta alfarería con greda del territorio catamarqueño.
Los artesanos honran a la Pachamama con sus creaciones que transmiten herencia cultural. Es que las técnicas que aplican en cada artesanía son ancestrales, como la que se utiliza para el entramado de canastos de fibra vegetal, o para crear objetos de barro o arcilla.