lunes, 21 de julio de 2025 15:50
En el cuarto día de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, una figura inesperada se robó todas las miradas y sonrisas: el Capibara. Desde temprano, en el ingreso del Predio Ferial, niños y familias hacían fila para sacarse una foto con el simpático carpincho gigante que recorre los pasillos saludando, saltando y posando para las cámaras.
“El Capibara” —como ya todos lo llaman— es un emprendedor disfrazado, que se gana el cariño del público con su carisma y dedicación. Junto a él, una urna para colaborar y un alias bancario, muestran cómo esta propuesta también tiene una finalidad económica. “Por ahora se está laburando bien”, dijo Sebastián Galarza, el hombre debajo del traje.
“Es un horno adentro, pero la verdad que se disfruta mucho ver cómo los chicos se alegran”, explicó Sebastián entre risas, mientras no dejaba de moverse. Reveló además que no está solo en esta misión: “Nos vamos turnando entre dos, yo estoy en la mañana y hay otro que entra a las 6 de la tarde”.
La inspiración para el personaje vino desde el norte: “Un patrón nuestro del Chaco tuvo la idea del traje. Fue una locura desde el principio y ahora no paramos de recibir cariño”.
Durante la cobertura, se vio desfilar a cientos de chicos: Ámbar, de segundo grado, mostró orgullosa su capibara de peluche y dijo que fue su primera vez en el Poncho. Benjamín confesó que le gusta el Capibara, pero aún no se sacaba la foto. Filippo, disfrazado de Hombre Araña, fue uno de los tantos que se llevaron su postal junto al personaje.
El furor es tal que muchos padres ya calculan el gasto de la jornada en base a las fotos, juegos y comida: “Apenas llegamos, ya son 30 mil pesos. Venimos de los juegos y son 40 lucas fácil. Y falta comer todavía”, comentó uno de ellos entre risas.
Mientras esperamos el show de la Mona Jiménez, el Capibara se posiciona como uno de los fenómenos virales de esta edición número 54 del Poncho. Con alegría, saltos y mucha ternura, se ganó un lugar entre los grandes recuerdos de este año.
“Gracias a toda la gente que colabora, que se saca fotos y que me acompaña”, cerró Sebastián, agradecido. Y se fue corriendo, en personaje, rumbo a su próxima selfie.