lunes, 30 de junio de 2025 01:23
El papa León XIV presidió la misa en la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo en el Altar de la Confesión de la basílica vaticana, donde bendijo e impuso el palio a 54 nuevos arzobispos metropolitanos, entre ellos los argentinos Gustavo Carrara (La Plata) y Raúl Martín (electo de Paraná).
Dirigiéndose a los “hermanos arzobispos” llamados a recibir el palio y les recuerda: “Este signo, al mismo tiempo que recuerda la tarea pastoral que les ha sido confiada, expresa la comunión con el obispo de Roma, para que, en la unidad de la fe católica, cada uno de ustedes pueda alimentarla en las Iglesias locales confiadas a ustedes”.
Al mencionar también a los miembros del Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana, presentes en la celebración eucarística, les agradece por su presencia y por su “celo pastoral”.
“¡Que el Señor le conceda la paz a su pueblo!”, exclamó y saludó luego a la delegación del Patriarcado Ecuménico, que fue enviada “por el querido hermano Su Santidad Bartolomé”.
El pontífice concluye su homilía invitando a caminar “juntos en la fe y en la comunión”, invocando la intercesión de los santos apóstoles Pedro y Pablo, “sobre todos nosotros, sobre la ciudad de Roma, sobre la Iglesia y sobre el mundo entero”.
A continuación, en el servicio eucarístico, concelebrado por el cardenal Stephen Brislin, arzobispo de Johannesburgo (Sudáfrica), y el cardenal Robert Walter McElroy, arzobispo de Washington, capital de Estados Unidos, se realizó la bendición e imposición de los palios.
Los diáconos toman los ornamentos de la Confesión de San Pedro y se los presentaronn al pontífice.
El cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, presentó a los nuevos arzobispos metropolitanos, que prestan juramento de fidelidad al Papa y a la Iglesia de Roma.
Desde Estados Unidos, patria del papa Robert Prevost, hasta Perú, su lugar de misión.
De Italia a los rincones más remotos de la tierra, Papúa Nueva Guinea, Guam, Nueva Caledonia.
Fueron variadas las filas de los 54 arzobispos metropolitanos sobre cuyos hombros el propio pontífice colocó la simbólica vestidura, intercambiando un cálido abrazo y unas palabras con cada uno.
Qué es el palio
El palio es un ornamento del papa y de los metropolitanos en la Misa pontifical. Tiene la forma de una faja circular que carga sobre los hombros y de la cual penden ante el pecho y en la espalda dos tiras rectangulares, todo de lana blanca, destacándose de ella seis o cinco cruces de seda de color negro o rojo. Suele adornarse con tres clavos metálicos, que recuerdan los clavos de la Pasión.
Al principio, el palio consistía en una pieza de vestidura que se replegaba a manera de banda, pero mucho después, a partir del siglo VI, tomó la forma de cinta, y desde el IX al X se le dio una forma casi idéntica a la actual, con las seis cruces negras a partir del siglo XV.
Entre las variadas opiniones que se han mantenido sobre su origen, parece la más razonable la que supone que se trata de una imitación del omophorion griego, ornamento que desde principios del siglo V llevaban los obispos de Oriente como emblema de su dignidad y oficio pastoral, simbolizando la oveja que va sobre los hombros del Buen Pastor.
En Occidente, fue ornamento propio del sumo pontífice desde el siglo V y, por concesiones particulares desde el siglo VI, llegó a ser de uso ordinario para los arzobispos a partir del IX. Se coloca sobre los hombros del sumo pontífice y de los arzobispos como símbolo del pastoreo y recordatorio de que deben cargar con las ovejas como el pastor lo hizo en la parábola de la oveja perdida.
El palio se confecciona con lana de corderitos bendecidos por el papa en la fiesta de Santa Inés (21 de enero) en una capilla del Palacio Apostólico. El emblema de Santa Inés es un cordero, por la similitud de su nombre (en latín Agnes) con la palabra cordero (en latín agnus)