Este 2025, Estados Unidos podría registrar un saldo migratorio negativo por primera vez en medio siglo. Si bien la promesa de una campaña masiva de deportaciones formaba parte de la plataforma electoral de Donald Trump, su política de inmigración también impacta en la economía y pone en riesgo sectores que dependen de mano de obra extranjera.
Según The Washington Post, en este año, la cantidad de personas que salen de Estados Unidos podría superar a quienes ingresan, algo inédito en cinco décadas. Así lo advirtieron las economistas Wendy Edelberg y Tara Watson, del Brookings Institution, y Stan Veuger, del American Enterprise Institute.
Las proyecciones muestran que la tendencia migratoria se invirtió desde fines de 2024. La caída se debe a:
Según Edelberg, “para todo el año, creemos que es probable que la inmigración sea negativa”.
El Departamento de Trabajo (DOL, por sus siglas en inglés) ya registró una reducción de más de un millón de trabajadores nacidos en el extranjero desde marzo. Los sectores más afectados son:
Rachel Blumberg, directora ejecutiva de Sinai Residences en Florida, despidió a más de diez empleados haitianos y cubanos por la pérdida de permisos de residencia temporal y de trabajo. También advirtió que podría perder hasta 40 trabajadores y que eso elevará sus costos en 600 mil dólares anuales al tener que atraer nuevos empleados con salarios más altos.
“Estamos realmente devastados. Su expulsión repentina es desestabilizante y profundamente injusta”, dijo Blumberg. “Lamentablemente, esos costos se trasladarán a los residentes de todas las residencias para adultos mayores afectadas en el país”.
El gobierno de Trump endureció los controles fronterizos y revocó permisos a más de 500.000 migrantes. También restringió los ingresos desde una docena de países y suspendió programas de refugiados.
Por otro lado, impuso multas por US$3000 a quienes no abandonen Estados Unidos tras orden judicial. A la vez, ofreció vuelos gratuitos y US$1000 a quienes acepten salir por cuenta propia.
Sin embargo, la reducción de migrantes amenaza con generar escasez de mano de obra y presionar los precios. Así lo señaló la gobernadora de la Reserva Federal, Adriana Kugler. También advirtió que esto afectará a corto plazo a la agricultura y la hotelería.
Por su parte, el economista Joe Brusuelas sostuvo que la menor inmigración reduce la capacidad productiva. Dijo que sin reemplazo para los jubilados, el país norteamericano enfrenta “una receta para mayor inflación”.
El portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, defendió las medidas migratorias republicanas y dijo que hay jóvenes norteamericanos disponibles. Afirmó que más de 1 de cada 10 adultos jóvenes no trabaja ni estudia ni se capacita. “No faltan mentes ni manos estadounidenses para hacer crecer nuestra fuerza laboral“, agregó.
Por su parte, los economistas advirtieron que el argumento ignora la dependencia de ciertos rubros del trabajo inmigrante. Veuger remarcó que el principal problema no son las deportaciones, sino que “los ingresos cayeron mucho, tanto por frontera como por vías legales”.
Mientras tanto, el Congreso de EE.UU. analiza un proyecto de ley para destinar US$150 mil millones a reforzar las deportaciones de Trump. Si se aprueba, podría concretarse la expulsión de hasta un millón de personas.
La caída en la migración neta podría marcar un cambio demográfico y económico histórico. Estados Unidos sumó casi tres millones de migrantes netos en 2024, según datos del último censo. Este año, la cifra podría ser cero o negativa por primera vez desde 1970.