El 20 de junio se conmemora el Día de la Bandera en homenaje a su creador, Manuel Belgrano, quien falleció ese mismo día en 1820. A lo largo de su vida, Belgrano fue un ejemplo de patriotismo y un gran defensor de la causa de la independencia de Las Provincias Unidas del Río de la Plata. Como un valiente líder del ejército creó la bandera y la hizo por primera vez a orillas del Río Paraná para unir a los soldados y representar los ideales de la Revolución de Mayo.
Su accionar en el Norte seguramente es su principal aporte. Cada rincón del norte argentino guarda la huella de un hombre que no sólo empuñó las armas por la independencia, sino que también entregó su alma a una tierra que lo adoptó como propio. Manuel Belgrano sintió por el norte del país un afecto profundo, nacido en medio de la adversidad, la esperanza y la lucha por un futuro libre.
El Ejército del Norte
A comienzos de 1812, el destino llevó a Belgrano a comandar el Ejército del Norte, en plena Guerra de la Independencia. Su misión era frenar el avance realista desde el Alto Perú. Lo que comenzó como una orden militar, pronto se transformó en un vínculo humano con las provincias del norte, sus paisajes y su gente.
En agosto de ese año, Belgrano tomó una de las decisiones más duras de su vida: ordenar el Éxodo Jujeño. Frente a la inminente llegada del enemigo, pidió a todo un pueblo que abandonara sus hogares y tierras, quemando y destruyendo lo que no pudieran cargar. La orden fue obedecida al pie de la letra, por la firmeza del general y por el patriotismo de los jujeños.
Contra todo pronóstico, Belgrano eligió quedarse y enfrentar al enemigo. Fue así como llegaron las victorias de Tucumán (1812) y Salta (1813), que no sólo cambiaron el rumbo de la guerra, sino que también sellaron para siempre su relación con el norte argentino. Allí, el general no solo ganó batallas, ganó corazones.
«Si vencemos, Dios y la Patria nos lo premiarán; si perecemos, nuestra sangre será semilla de la libertad», escribió Belgrano a sus soldados. Esa semilla floreció en los valles y cerros del norte, donde su legado sigue vivo.
Educó, inspiró y soñó
Más allá del campo de batalla, Manuel Belgrano promovió la educación, el trabajo y la justicia social. Creía en un país más igualitario, donde incluso los pueblos originarios y mestizos tuvieran un lugar digno. Donó su sueldo para construir escuelas en el norte, convencido de que la libertad se defiende con las armas, pero se construye con educación.
Un hombre que educó, inspiró y soñó
El norte argentino no fue solo escenario de su gesta militar; fue el lugar donde Manuel Belgrano entregó cuerpo, alma y corazón. Allí encontró un pueblo que creyó en él, y por el que peleó hasta el último aliento.
Hoy, cada vez que flamea la celeste y blanca, se recuerda que esa bandera nació en manos de un hombre que soñó con un país libre y lo defendió desde el corazón del norte.