Un productor agropecuario de Santa Fe evitó con maniobras de reanimación, la muerte de una potranca con la que estaba trabajando en el proceso de amanse. “Fue un segundo, sentí que se me iba porque empezó a relajar los músculos, como que se estaba muriendo”, relató Marcelo Becerra.
El accidente, que quedó registrado por una cámara de video del establecimiento La Pluma en Ambrosetti, departamento San Cristóbal, se desencadenó cuando el animal se asustó y comenzó a corcovear con violencia, hasta que tras uno de los saltos cayó sobre el cogote, quedando tendido inmóvil en el suelo.
Becerra recordó que estaba emprolijando los vasos de la potranca, tusándola y arreglando un poco la cola con una manea puesta, porque “al ser un animal nuevo uno toma recaudos”.
Hasta que “de repente, la potranca se asustó” y salió saltando maneada. “Tiró una patada en el aire demasiado alta y cayó para adelante, por suerte no se desnucó, pero como que se desmayó”, dijo el propietario. “Fue un segundo, sentí que se me iba porque empezó a relajar los músculos, como que se estaba muriendo, fue una adrenalina bárbara y se me ocurrió hacerle reanimación cardíaca”, describió.
El productor contó que nunca había reanimado un caballo, pero sí algún novillo empastado en su establecimiento. En base a esa experiencia reaccionó ante la potranca inerte con el masaje cardíaco. “En un momento veo que mueve los ojos; ahí vi que reaccionó, así que la invité a pararse y bueno, se paró”, relató con alivio.
Becerra es ganadero y amante de los caballos, a los que utiliza tanto para el trabajo como para jugar al polo. Por eso su caballada es el resultado de la cruza entre las razas Cuarto de Milla, Polo Argentino y Pura Sangre de carrera.
La potranca protagonista de esta historia tiene casi 4 años, es hija de una yegua Cuarto de Milla y un padre Pura Sangre descendiente de Southern Halo (uno de los grandes padrillos de la raza en el país, proveniente de EE.UU.). “Se llama New Vida, porque el padre es New Tsunami”, detalló. Al margen de su genealogía, ahora ese nombre cobra un nuevo sentido.
Sin dudas es un animal valioso por su carga genética. Sin embargo, para Becerra esto no es relevante. Con la voz entrecortada por la emoción, aclaró que “el valor económico queda en un segundo plano” frente al cariño que tiene por sus caballos, cualquiera sea el origen.
Afortunadamente, su reacción logró salvar la vida de la potranca que está con tratamiento de antiinflamatorios y corticoides, “pero por suerte está comiendo y anda bien; ya pasó lo peor, ahora hay que darle reposo, así que por un tiempo va a descansar; o sea, vamos a cortar con el proceso de adiestramiento”.