miércoles, 4 junio, 2025

Los hijos de Rojas apuntan al celular del ex jefe de Homicidios

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Fernando Rojas y Natalia Rojas, hijos del ministro de Desarrollo Social Juan Carlos Rojas -asesinado en diciembre del 2022- buscan que se perite el celular del ex jefe de la División Homicidios de la Policía Tomás Eloy Rodríguez. Fernando y Natalia, quienes son querellantes en la causa por el supuesto encubrimiento del asesinato de su padre, pidieron al fiscal de Instrucción Nº 5, Hugo Costilla, que ordene el análisis de las extracciones forenses del teléfono provisto por Rodríguez, en especial los días previos y posteriores al 4 de diciembre del 2022.

También solicitaron que se disponga el entrecruzamiento de llamadas, actividad comunicacional de redes sociales, mensajería instantánea y de cualquier medio obtenido de la extracción forense con personal interviniente el día 4 de diciembre del 2022 y terceras personas de interés para la causa.

Por otra parte, buscaron que se ordene una rueda de reconocimiento con personal policial interviniente el día 4 de diciembre del 2022 a los fines de identificar a los numerarios policiales y/o funcionarios judiciales que autorizaron maniobras de limpieza en el domicilio del hallazgo.

La querella pidió estas medidas el último jueves, día en que amplió la denuncia penal en contra de Rodríguez.

En aquella oportunidad, los hijos de la víctima extendieron la denuncia en contra de Rodríguez al considerar que habría incurrido en los delitos de encubrimiento agravado e incumplimiento a los deberes de funcionario público.

Lo señalaron por su desempeño los días 4 y 5 de diciembre del 2022, esto es el día del hallazgo del cuerpo de Rojas y la jornada siguiente.

En la ampliación de la denuncia, señalaron a Rodríguez por su carácter de coordinador de escena y jefe de Homicidios en su momento.

La acusación también es contra autores desconocidos.

Para la querella, la actuación de Rodríguez “en las primeras horas de la investigación es de particular relevancia, ya que sus directrices y decisiones impactaron directamente en la gestión de la escena del crimen y en la orientación inicial de la pesquisa”. Además, remarcaron que “su rol como jefe de Homicidios lo posicionaba como la máxima autoridad policial en la escena, responsable de dirigir las operaciones de investigación, asegurar la integridad del lugar y coordinar a los distintos equipos forenses y policiales. Sin embargo, se han identificado deficiencias críticas y desviaciones significativas en el aseguramiento de la escena del crimen, la gestión de la evidencia y la dirección de la investigación, deficiencias que por el grado de repitencia e intensidad han provocado en los denunciantes mayor grado de convicción positiva de la intencionalidad dolosa de entorpecer la investigación”.

También, plantearon que “la investigación ha obtenido aportes de diferentes fuerzas federales que mediante sendos informes forenses han sido contestes en sostener sendas y contundentes críticas al manejo de la escena por los interventores en el procedimiento de los días 4 y 5 (de diciembre), y en especial a la dirección efectuada por el denunciado Rodríguez”.

Según la querella, “esta serie de acciones y omisiones tiene una implicación directa y grave: la clara intencionalidad de provocar alteración y posible destrucción de evidencia crítica”.

Por otra parte, resaltaron que “Rodríguez instala desde su posición dominante como coordinador de escena y de mayor autoridad policial y técnica la versión de una muerte natural”.

Maniobras

Fernando y Natalia señalaron que en la escena del crimen se habrían realizado “maniobras” de manera previa al hallazgo del cuerpo de la víctima.

En la ampliación de la denuncia en contra de Rodríguez mencionaron “la posible comisión de maniobras específicas efectuadas por terceros con conocimiento forense, policial o técnico que, de manera previa al hallazgo, han intervenido componiendo la escena, por lo que no descartamos que sean las mismas personas que asesinaron a nuestro padre, quienes a posterior conformaron toda la escena, moviendo el cuerpo del ministro hacia el lugar donde finalmente fue dejado, poniendo el cuerpo de la víctima en una posición de difícil explicación ante las mecánicas homicidas plausibles”.

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