Por orden de la ministra, el ministerio le pagó más de 12 millones de pesos a una persona que nunca se vio en la repartición.
Se te nota lo casta
Los fantasmas recorren los pasillos del súper ministerio de Capital Humano, el primero en ponerse la camiseta del “déficit cero” y, bajo ese lema, recortar todo gasto vinculado a lo público y lo social. Un ministerio que concentra áreas clave como salud, educación y asistencia alimentaria, y que no dudó en vaciar comedores, despedir trabajadores y atacar programas esenciales.
En el área involucrada, durante la gestión de Sandra Pettovello ya se ejecutaron más de 2 mil despidos y hay al menos 800 trabajadores en disponibilidad, esperando sin destino ni respuesta. Todo esto bajo un discurso de supuesta eficiencia, transparencia y lucha contra los “curros del Estado”.
Pero la realidad se impone con otra cara: la de los verdaderos ñoquis del mileísmo. El caso de María Emilia Álvarez lo expone con claridad brutal. Fue designada retroactivamente por orden directa de Pettovello para ocupar la ex Dirección de Emergencias del Ministerio de Capital Humano, un cargo que la propia ministra eliminó.
El resultado: 12 millones de pesos en concepto de sueldos “adeudados” por funciones que nadie le vio cumplir entre octubre de 2024 y febrero de 2025.
¿El detalle más burdo? Durante esos cinco meses de supuesta actividad no registró ningún usuario en el sistema de Gestión Documental Electrónica (GDE), herramienta básica y obligatoria en toda la administración pública nacional. Es decir, no dejó ningún rastro administrativo de haber trabajado siquiera un día.
Para completar el escándalo, su sueldo mensual fue de casi $2.400.000, gracias a un plus por “función ejecutiva”. Y como si todo esto fuera poco, se le autorizó el cobro por “excepción”, ya que no cumplía con los requisitos mínimos establecidos en el artículo 14 del convenio vigente.
Los ñoquis de verdad
Mientras miles de trabajadores estatales son perseguidos, precarizados o echados bajo la acusación de ser ñoquis, el ministerio estrella del ajuste de Milei premia con millones a una funcionaria fantasma, sin antecedentes ni funciones visibles, en un cargo que ni siquiera existe.
No hay motosierra para los amigos. Solo para quienes garantizan los derechos sociales. Esa es la verdadera casta. Y en Capital Humano, se nota.