jueves, 17 abril, 2025

Lali Espósito, ni ángel ni demonio: la alegría de llevar una serie feminista a los primeros planos y el sueño frustrado de ser futbolista

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“Vamos a tener que gritar”, expone con sarcasmo y a una distancia protocolarmente lejana para el mano a mano. La ocurrencia natural de Lali Espósito, que el 16 de abril estrena la segunda temporada de El fin del amor, por Prime Video, no es más que un guiño para acortar distancias.

Y en ese atajo que regala su calidez -en una sala de hotel tomada por afiches rosados con su cara y luces de neón encandilantes- la artista que viene de presentarse en el Quilmes Rock con Miranda!, prepara tres estadios Vélez para 2025 y el 29 de abril lanza su sexto disco (más la promesa de un primer documental en puerta) expone desde lo cotidiano: “Esta es mi vida. Así vivo. Pasando de una cosa a la otra, por suerte. Y en cada una me divierto”.

Pero más que una vuelta a la pantalla, el regreso de la actriz y cantante al streaming (también como productora ejecutiva, a la par de sus creadoras y guionistas, Tamara Tenenbaum y Erika Halvorsen) se parece más a una renovación de votos. En la que más esporádicamente que en continuado, retoma el timón de un oficio que descubrió antes de los 10 años.

“Hoy no me da lo mismo qué personaje elijo ni lo que una pieza de ficción me invita a contar”, dice la ex Teen Angels y Sky Rojo, que entrada en la adultez de sus 33 y en una era musical transformadora, sólo se proyecta para delante. “Me copa lo que me pasa a esta edad. También lo que me pasó a los 20, pero vivo mucho los presentes”, declara sin soltar el acelerador.

Lali Esposito vive a mil: música, series, producción ejecutiva. Foto: Maxi Failla

-¿Qué lectura haces hoy de los personajes más naif o edulcorados que interpretaste mucho antes de Tamara Tenenbaum, y que son parte de tu escuela televisiva?

-Creo que corresponden a las épocas y contextos de ese momento. Hoy miro para atrás y todo lo que puedo saber de una luz, de pararme, de trabajar en tele o ficción tiene que ver con esa escuela.

No era lo mismo hacer un personaje femenino a mis 15, que nací en el 91, que hoy a mis treintis en este 2025, en este contexto, con las luchas, las cosas ganadas, en las que seguimos luchando nosotras. Antes los contextos y lugares que se nos daban para formar parte de los proyectos de ficción tenían ciertos estándares y creo que hemos roto con eso, aunque todavía falta que siga sucediendo. Pero esta serie viene a ocupar ese lugar, a tener ese rol y me da mucho orgullo ser la actriz que encarna este personaje.

Saber elegir

-Hacer ficción se volvió más esporádico en tu universo, que hoy abarca tantas disciplinas. ¿Eso te vuelve más selectiva en tus elecciones?

-Creo que el principal motivo por el que sucede de manera esporádica es por eso. Es porque tengo la suerte, obviamente, de poder vivir del arte con mi música o en otras cosas que hago. Poder comer haciendo mi trabajo… Y cuando aparece una pieza para actuar tengo la suerte de poder centrarme en si lo que va a contar o tiene la intención de contar me entusiasma, me parece que suma algo, que yo puedo ser la persona para contar eso que la pieza proponga.

Lali Esposito hará tres shows en Vélez durante 2025: dos en mayo y uno en septiembre. Foto: Maxi Failla

-Como productora ejecutiva, sos más dueña también de esa historia. ¿Es un camino de ida?

-¡Ojalá me pase siempre! Ojalá siempre me llamen e interese también ese costado para opinar sobre otras aristas y otras dinámicas de hacer una serie, no solamente actuarla. No digo que me vaya a pasar siempre, esto fue un regalo y lugar que me dio Amazon, K&S, “Keka” y Tamara que son las creadoras y estoy muy agradecida a que mi opinión haya tenido un lugarcito.

Y en ese viaje creativo, que supuso acompañar la idea desde su concepción y buscar aliados para financiarla, la artista 360, que este año renueva silla de jurado en La Voz Argentina, agrega: “Poder armar un cast que me pareció maravilloso. Aprendí un montón y fue un mega proceso para mí, además de lo actoral que obviamente me suponía un desafío”.

Con nuevos personajes y frentes abiertos -se suman al elenco original figuras como Daniel Hendler y Ludovico Di Santo– el mundo interno de Tamara y sus búsquedas se profundiza en la segunda entrega dirigida por Daniel Barone. “Después de todas las vivencias de este personaje que va al frente, en un momento se le arman otras preguntas. Una muy clave, que es un gran tema que se pone sobre la mesa, tiene que ver con la identidad”, adelanta la actriz que retoma el papel de la filósofa y referente feminista desde un lugar más vulnerable.

Video

Lali Espósito y el estreno de la segunda temporada de El fin del amor

-Tamara se topa con situaciones y personajes nuevos que le hacen espejo de su propia historia. ¿Se ve obligada a bajar la guardia en esta nueva temporada?

-Como hacemos todo en algún momento de la vida, supongo. La propuesta era esa. Este personaje que toma sus decisiones, que se a anima a dejar un vínculo que le daba seguridad para salir a conocerse en otras aristas del amor, en algún momento toda esa vivencia se te arman otras preguntas, que es lo que le pasa ahora. Y frena un poco la pelota para rever un poco su historia, quién es y quién es hoy.

El personaje de Dani Hendler hace de espejo de eso. Aparece ese amor romántico que tanto detesta, y a la vez aparece todo ese amor y esa compañía que este personaje le da a ella para hablar de su identidad.

La duda, como única certeza

Lali Espósito, en «El fin del amor». La segunda temporada viene con sorpresas.

-A cuenta de esa búsqueda que propone la serie a nivel vincular, mandatos, amor romántico y las diferentes formas de amar. ¿Te sigue pasando, a tus 33 años, de tener más preguntas que respuestas?

-Todo el tiempo. Y lo agradezco. Me parece que si te dejás de hacer preguntas, algo raro está pasando o no está tan bueno. Creo que si me retrotraigo de mis veintis a hoy, no paré de hacerme preguntas y no paré de vivir eso que quería. Con las contradicciones y con los miedos que eso conlleva, por eso me siento muy identificada con Tamara.

Me gusta mucho que es un personaje que no es políticamente correcto, es errático, pero es súper inteligente, vulnerable y a la vez súper fuerte. Todas esas caras de una persona que es algo que tenemos todos, me gusta poder actuarlo. Porque siento que es algo que me pasa a mí también, soy todo eso. Todo lo que no me sale bien, todo lo que sí me sale bien. Soy mi búsqueda.

-Al logro de poner en el catálogo de streaming una serie feminista, que dialoga con temas que parecían invisibles en pantalla, también se sumó el fenómeno “Envidiosa” (Netflix) y los números hablaron. ¿Lo sentís como una batalla ganada a nivel feminismo?

-Por supuesto, lo siento como una batalla ganada. Toda pieza que proponga las dinámicas nuestras y nuestras preguntas y nuestro protagonismo en la discusión pública, el tema que sea, lo celebro.

Fue la búsqueda de El fin del amor, cuando todavía era el libro de Tamara. Con las chicas decíamos eso: esto no es ni de nicho, ni que nos manden a ese cajón. Es una serie mainstream porque es un tema y una protagonista que requiere tener ese lugar. Porque es el lugar que nos representa a todas nosotras. Personas que andamos por la vida, mujeres, que en nuestros trabajos y en nuestra búsqueda y nuestra vida somos personas fundamentales en la construcción de la cultura de la sociedad de la ideas, así que es muy valioso para nosotras que exista El fin del amor en una plataforma como Amazon.

-Musicalmente también te involucraste, de nuevo, en la cortina de la serie.

-Eso fue una invitación. No es que yo digo: ay, yo también quiero hacer la música. “Keka” fue la que me dijo: che, hacele una canción. Así que de manera muy natural se dio la oportunidad de ponerle música, de escribir esta canción para la serie que fue un proceso muy divertido porque conozco al personaje entonces fue como hablarle a una amiga.

Lali Espósito y Daniel Hendler, en la avant première de «El fin del amor».

-Tamara llevó su vida a la pantalla y vos, con tanto camino recorrido a tu edad, tranquilamente podrías hacerlo. ¿Te planteas jugar un poco con la idea?

-Ni idea. La verdad que no lo había pensado hasta ahora. Creo que uno no se imagina ser narrado por otros. Podría pasar, qué sé yo. Vengo trabajando en un documental, pero que tiene que ver con la búsqueda artística, musical específicamente y con una búsqueda humana. Pero a nivel ficción no es algo que me imagine. Si sucediera me parecería muy loco la verdad. Hay que tener mucha vida también para que te cuenten.

-Algo que a vos te sobra…

-Tengo vida, tengo vida… Pero me gustaría que si sucede semejante cosa, sea más en un futuro.

-Así como hay gente que se tatúa tus letras, tus discos o se acerca a una filmación a esperarte, también está el que no te consume o comparte tus ideas. ¿Es un sano balance?

-Por supuesto y qué bueno que así es. ¡Imaginate ser Messi! Que sea unánime lo que se piensa de vos, una locura. Yo creo que de esa contradicción, que te amen y te odien con o sin motivo, también se forja una personalidad artística.

Yo no soy sólo los que creen que soy un ángel caído del cielo, cosa que por supuesto no es cierta, y tampoco soy todo eso que quienes quieren denigrar me dicen. Soy todo eso que está en el medio y que demuestro con lo que hago y con lo que digo.

Y elocuente hasta el final, cierra con un dato de esos que sólo sus auténticos seguidores o protagonistas de su niñez pre-Cris Morena reconozcan. “No soy Messi. pero, ¿quién no quisiera jugar a la pelota así? Era mi sueño. Yo quería ser futbolista. No se me dio. Mi viejo era profesor de fútbol y yo me metía en sus clases porque quería jugar, y jugaba muy bien la verdad. Medio cholito… Pero eran otras épocas, como hablábamos antes, no se me permitió. Me puse a actuar muy chiquita y ya fue”.

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