En diálogo con Canal E, el politólogo Sergio de Piero contextualizó la reciente huelga general de la CGT como una herramienta política de presión frente a un gobierno que atraviesa un momento delicado.
“Las huelgas son una herramienta de presión para una negociación con la que cuentan los sindicatos desde el siglo XIX”, explicó el entrevistado al ser consultado sobre el sentido del tercer paro nacional convocado por la CGT contra el gobierno de Javier Milei.
Para De Piero, “el paro aparece como una posibilidad de plantear otro escenario de negociación para los sindicatos”, añadió y remarcó que lejos de ser un hecho aislado, la huelga se inscribe en un conflicto más amplio en torno a la distribución del ingreso y las condiciones laborales.
Fragmentación del mundo del trabajo
El politólogo apuntó a un dato estructural para entender el alcance actual de las huelgas: “Hoy, arriba del 40% de los trabajadores son informales, es decir, sin cobertura legal, sin obra social ni aporte previsional”.
Esta informalidad creciente, que hace una década era del 32% y hoy ronda el 45%, dificulta el impacto de las medidas de fuerza, que “ya no representan al conjunto de los trabajadores como hace 40 años”. De Piero atribuyó esta transformación a las políticas neoliberales de los años 90, que “cambiaron la estructura sociolaboral de la Argentina”.
¿Quién gana y quién pierde con el paro?
Consultado sobre si los sindicatos o sus líderes son los verdaderos beneficiarios del paro, De Piero aseguró que, “aceiteros, por ejemplo, es un caso paradigmático porque tiene una de las tasas de ganancia más altas del país, y por eso puede negociar por encima de la inflación”. Sin embargo, subrayó que la mayoría de los asalariados formales están en una situación de “reemplazo salarial más o menos importante”.
En cuanto al gobierno, destacó: “El paro no es un hecho automático en términos de negociación política”, pero puede tener consecuencias en función del contexto. “Históricamente, los paros aparecen cuando hay una pérdida evidente del valor del salario”, recordó, y subrayó el efecto de la primera devaluación del actual gobierno en diciembre de 2023.
El costo económico y político
Frente al informe que estimó una pérdida de 200 millones de dólares por el paro, De Piero relativizó el dato comparándolo con las reservas del Banco Central: “Perdió 4.000 millones de dólares en lo que va del año. Es interesante ver dónde realmente se producen las pérdidas”.
Más allá del impacto económico puntual, consideró que el paro pone en evidencia que “los que generan riqueza son los trabajadores”. En ese sentido, resaltó: “Cuando los trabajadores paran, se deja de producir”.
Un gobierno en dificultades
“El gobierno está en un momento complicado”, aseguró De Piero, al analizar el contexto político actual. Enumeró varios factores que afectan su estabilidad: “La inflación volvió a subir, perdió los jueces que intentó imponer en la Corte, la causa Libra y todavía no se cierra el acuerdo con el FMI”.
Aunque aclaró que no llamaría al gobierno “debilitado”, afirmó que tiene “problemas para pararse frente a la sociedad”. En ese marco, el paro adquiere sentido político: “No es extemporáneo, sino que ocurre en medio de una situación crítica, donde el Ejecutivo no logra mostrar conducción ni resultados”.
Las narrativas enfrentadas
Sobre las reacciones opuestas de gobierno y gremios, De Piero fue claro: “Es lógico que cada actor defienda sus intereses. El gobierno dice que fue un fracaso; los sindicatos, que fue un éxito. Nadie va a decir lo contrario”.
Finalmente, remarcó que “solo en situaciones extraordinarias un paro determina una política”, pero sí puede marcar un punto de inflexión si se suma a otros factores que cuestionan la autoridad y el rumbo del gobierno.