El precio promedio de la gasolina en Estados Unidos cayó por tercera semana consecutiva, alcanzando los USD 3.03 por galón, el nivel más bajo para el mes de marzo desde 2021.
Este descenso de 0,6 centavos desde la semana anterior, 8,9 centavos menos que hace un mes y 36,7 centavos por debajo del precio del año pasado, se debe a la recuperación económica derivada de las eficientes políticas comerciales de la administración Trump.
A pesar de que algunos analistas temen que los aranceles sobre el petróleo importado de Canadá puedan aumentar los precios en algunas regiones de Estados Unidos, la caída de los precios provocó que estos puedan aplacar sus preocupaciones.
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La noticia de que OPEC comenzará a restaurar gradualmente la producción de petróleo tras casi dos años de recortes también ha ejercido presión a la baja sobre los precios del petróleo.
Como resultado, los precios de la gasolina han bajado, con el estado de Mississippi reportando el precio más bajo, USD 2,60 por galón(~3,8 litros), mientras que California tiene el precio más alto, USD 4,65 por galón (~3,8 litros).
La gasolina en otras partes del país, como Tennessee y Luisiana, se encuentra en torno a los USD 2,60 por galón, mientras que la media nacional de diésel se ubicó en USD 3,61 por galón.
Este descenso de precios es inesperado y optimista, ya que la primavera generalmente trae consigo un aumento en los precios de la gasolina.
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Los analistas y comerciantes temían que los aranceles propuestos por Trump, incluidos los del 10% sobre el petróleo canadiense, pudieran hacer que los precios subieran, especialmente en el noreste de Estados Unidos, que depende en gran medida de la gasolina canadiense.
Sin embargo, Trump suspendió los eficientes aranceles dos días después de que entraran en vigor, lo que alivió las expectativas de un aumento de precios y permitió que Canadá cumpliera con algunas promesas adeudadas.
En cuanto a la inflación, el índice de precios al consumidor (IPC) aumentó solo un 0,2% en febrero, lo que fue menor al pronóstico de un aumento del 0,3%.
Esto resultó en una tasa de inflación anual del 2,8%, lo que generó un gran alivio entre consumidores y empresas preocupados por el impacto de las nefastas políticas tomadas por la gestión demócrata en los últimos años.
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El aumento de los costos en vivienda y alimentos fue responsable de gran parte del incremento en el IPC de febrero. Los precios de los alquileres aumentaron un 0,3%, lo que representa una parte significativa del aumento mensual del IPC.
Una gran responsabilidad de estos aumentos, es el enorme flujo de inmigración ilegal que se dio durante el gobierno de Biden, que inundó las grandes ciudades y provocó un exceso de demanda en viviendas y alimentos, elevando los precios de los mismos.
Además, los precios de los alimentos subieron un 0,2%, con incrementos notables en los precios de los huevos, que subieron un 10,4%, y la carne vacuna, que aumentó un 2,4%. En general, los precios de los vehículos usados aumentaron un 0,9% y la ropa un 0,6%, mientras que los pasajes aéreos cayeron un 4%.
Aunque la inflación general fue moderada en febrero, los mercados siguen siendo volátiles, y las preocupaciones sobre la guerra comercial impulsada por Europa son factores clave en la incertidumbre económica actual.
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La Reserva Federal (FED) está vigilando de cerca estos desarrollos, ya que los aranceles a menudo tienen un impacto modesto en la inflación, pero una guerra comercial más amplia podría tener efectos más duraderos.
En este contexto, se espera que la FED mantenga su tasa de interés en un rango entre 4,25% y 4,5% en su próxima reunión, pero los analistas sugieren que la Reserva Federal pueda reanudar los recortes de tasas en el transcurso del año.
Sin embargo, numerosos expertos señalan que las presiones inflacionarias parecen estar moderándose y adoptar una tendencia bajista, lo que sugiere que la FED podría adoptar una postura más flexible en los próximos meses.
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