Si bien el ingreso del turismo a las Termas de Fiambalá nunca bajó e inclusive comparativamente con diciembre y enero de los años anteriores, en estos últimos mismos meses 2024 y 2025 el ingreso fue mayor.
El debate se está dando porque parte del sector de prestadores de servicios notan una merma, que llegan, en algunos casos, a ser nulos los ingresos. De hecho se quejaron públicamente de notar una disminución en valores que nunca antes había sucedido.
De acuerdo con esos datos brindados, se confirmaría el análisis de que el turismo evita el pernocte en Fiambalá. La gente llega, compra las entradas, que tienen un valor aproximado de $8.000, van a las termas y regresan sin albergarse en Fiambalá.
La problemática, al parecer, radicaría en que, además de que no hay gran variedad de oferta, lo que se consigue para poder pasar una noche tiene un valor mucho más elevado de lo que se puede conseguir en Tinogasta.
Lo mismo sucede con los ascensos al Balcón del Pissis, uno de los puntos turísticos más elegidos a nivel mundial. Se conoce que al menos entre doce y quince camionetas diariamente llegan desde Tinogasta con turistas que hacen circuitos y regresan de donde partieron.
Traslado y gastronomía
La gente que quiere conocer Fiambalá y sus termas prefiere alojarse en la cabecera departamental y luego viajar hacia allí para recorrer los circuitos. Esta situación lleva a que los visitantes elijan contratar vehículos de Tinogasta para conocer las bondades naturales que ofrece Fiambalá.
Otro de los rubros que recibe muchas críticas es el gastronómico, donde surgen comentarios que, sin querer generalizar, el comer en Fiambalá es mucho más caro que en Tinogasta y ofrecen los mismos servicios.
También se sabe que el termómetro de cada gestión política se puede medir en los descargos que se hacen a través de las redes sociales.
A raíz de una serie de quejas de turistas, quienes salieron a dar la derecha de la situación fueron los mismos residentes.
«Tenemos precios altos en alojamientos y en todo; la gastronomía es mejor en Tinogasta, las calles de Fiambalá a oscuras. Un turista no puede ir al centro caminando desde el lugar de alojamiento, cosa que en Tinogasta sí puede.
Nos pasaron por arriba los de Tinogasta». «Mala gestión y desde ahí se comienza, no hay quien controle todo esto que se veía venir; todo muy precario y con los precios altos. En Tinogasta la gente trabaja con más seriedad, el turista que recorre el país entiende y exige, se ve lo dejado que está Fiambalá, no invita a visitarlo». «Un agua mineral que en Tinogasta está $1.200, en algunos lugares de Fiambalá la cobran $3.500. Tema desayuno, algunos lugares te ofrecen muchas cosas en la carta, pero cuando las pedís, la mitad no las tienen.
Eso sirve para hacer un análisis para las próximas vacaciones o un finde largo, todo tiene solución» son algunos de los comentarios en las redes sociales sobre el gran punto turístico que tiene la provincia y en el que se debería trabajar más.
La situación mencionada no genera ningún malestar entre la gente que reside en Tinogasta y las personas que viven en Fiambalá.