La diputada Adriana Díaz se pronunció enérgicamente contra el proyecto del Gobierno que busca derogar las leyes de discriminación positiva, incluyendo el femicidio como agravante penal. Según la diputada, este proyecto es una «habilitación para que los varones violentos no sientan consecuencias» por matar a sus mujeres.
«Convengamos que lo que propone Milei es lisa y llanamente una habilitación para que los varones violentos no sientan que están haciendo algo mal o que van a tener alguna consecuencia de sus actos cuando matan a su mujer», señaló la diputada en un posteo en Facebook.
Díaz destacó que el femicidio es un delito que define una violencia extrema contra las mujeres por razones machistas o misóginas, y que su incorporación como agravante en el Código Penal ha permitido abordarlo como un problema estructural de la sociedad.
«El feminicidio o femicidio define un acto de violencia extrema contra las mujeres por razones machistas o misóginas, es una de las violaciones de los derechos humanos más graves, extendida, arraigada y tolerada en el mundo. Al llamar este delito por su nombre, permite que sea abordado como un problema estructural de la sociedad y abre las posibilidades para que la ciudadanía en general identifique estos hechos como intolerables y se aporte a la transformación cultural que se necesita para prevenir nuevos casos», sostuvo.
La legisladora también resaltó la importancia de la discriminación positiva para visibilizar y combatir la violencia de género, y criticó la idea de que se trate de una «igualdad ante la ley» que beneficie a los varones. «La desigualdad entre hombres y mujeres es estructural», afirmó Díaz. «Los hombres automáticamente tienen ciertas ventajas, incluida la libertad general de no tener miedo a ser violados o agredidos sexualmente y de sufrir discriminación laboral por su género».
«Antes del año 2012, año en que fue incorporada la denominación como un agravante del homicidio al Código Penal, se hablaba de crímen pasional. Este tipo de expresiones solo justificaba al varón y culpabilizaba a la víctima y la revictimizaba. Es decir, no había ninguna igualdad ante la ley, solo una balanza inclinada a favor del hombre a quien se le perdonaba que mate por «celos» ya que la mujer, cómo Eva, seguramente lo había provocado y él actuó en consecuencia. La discriminación positiva sirve para visibilizar violencias que antes estaban naturalizadas. Sin este tipo de concientización, las mujeres seguiríamos sometidas y calladas siguiendo los consejos de nuestras abuelas y reproduciendo roles de género, que siempre favorecieron a los varones», indicó Díaz.
Por último, señaló que «la desigualdad entre hombres y mujeres es estructural, los hombres automáticamente tienen ciertas ventajas, incluida la libertad general de no tener miedo a ser violados o agredidos sexualmente y de sufrir discriminación laboral por su género. Es por esta razón que se juzga con perspectiva de género, porque de lo contrario se estaría evitando analizar esta situación desigual y como sucedió siempre, el varón sería el privilegiado».