El presidente de la Federación Argentina de Citrus, José Carbonell, abordó junto a Canal E las causas del aumento del precio del limón, las fluctuaciones de la producción y cómo afecta a la rentabilidad de los productores el descenso abrupto de precios. Con un incremento del 70% en el precio del limón, Carbonell explicó que la situación responde a la estacionalidad, factores climáticos y problemas de competitividad en la exportación.
El aumento en los precios, que ha llevado al limón a costar entre 4.000 y $5.000 el kilo, se debe principalmente a la estacionalidad de su producción. “El limón es una producción estacional. Su mayor expresión se da entre marzo y septiembre, pero en verano la oferta disminuye y la demanda aumenta”, explicó José Carbonell. Además, las heladas de julio de 2023 redujeron la producción para la actual campaña, generando una marcada escasez.
Las complicaciones en la producción de limones derivó en un aumento de las importaciones
Carbonell también destacó que esta situación ha llevado a la importación de limones desde Chile, España y Egipto, aunque en cantidades limitadas. Según el entrevistado, “la escasez es un fenómeno temporal que se resolverá a partir de marzo, cuando las plantas vuelvan a estar bien abastecidas y los precios caigan significativamente”.
La abrupta caída en el precio del limón y su impacto en la rentabilidad
Durante la temporada alta, el precio del limón en Argentina es considerablemente bajo. En palabras del presidente de la Federación Argentina de Citrus, “en invierno, el kilo de limón se vende a 250 o 300 pesos, dejando a los productores sin rentabilidad”. Esta sobreoferta, combinada con una demanda que no ha crecido al mismo ritmo, ha provocado una crisis en el sector, llevando a la desaparición de más de 100 productores desde 2019 y el cambio de uso de 15.000 hectáreas destinadas a otros cultivos.
Argentina se destaca como el mayor productor mundial de derivados industriales del limón, incluyendo aceite, jugo y cáscara. Aproximadamente dos tercios de estos productos industriales en el mercado global provienen del país. “De los 2 millones de toneladas producidas anualmente, unas 200.000 se destinan al mercado interno, 250.000 a la exportación de fruta fresca y el resto a la industria”, detalló Carbonell.
En 2024 se registró una fuerte caída de las exportaciones
Sin embargo, las exportaciones de fruta fresca cayeron en 2024 debido a restricciones impuestas por la Unión Europea, lideradas por instituciones españolas, que argumentaron problemas fitosanitarios. Esto ha llevado a los exportadores a diversificar mercados, priorizando Estados Unidos, donde se enviaron casi 100.000 toneladas el último año, además de abrir nuevos destinos en América Latina como Brasil, Ecuador y México.
A pesar del liderazgo en producción, el sector enfrenta serios problemas de competitividad. Carbonell mencionó la alta presión impositiva, la falta de crédito y los elevados costos logísticos como factores que dificultan las exportaciones. Además, los costos de fletes marítimos han aumentado considerablemente desde la pandemia.