El concejal Ricardo Rosales describió una compleja situación en el municipio de Santa Rosa, marcada por tensiones entre el Concejo Deliberante, los empleados municipales y el intendente local. Según Rosales, el conflicto se centra en la aprobación del presupuesto municipal y sus implicancias en las condiciones laborales de los trabajadores.
El concejal detalló que el presupuesto fue aprobado con modificaciones el pasado 30 de diciembre, pero el intendente insiste en que debe ratificarse tal como fue presentado originalmente, ignorando los cambios aprobados por el Concejo Deliberante. Entre los puntos de controversia del presupuesto destaca la adquisición de un terreno de dos hectáreas y media por 90 millones de pesos, cuyo proceso de compra carece de documentación clave, como la declaratoria de herederos del propietario fallecido.
Rosales denunció que, mientras se dilucida el destino del presupuesto, los empleados municipales enfrentan un panorama de incertidumbre. Según comentó, muchos trabajadores, en su mayoría contratados, fueron instruidos por el intendente a continuar trabajando sin firmar planillas hasta que se defina la situación.
Otro tema alarmante expuesto por Rosales es el supuesto maltrato y persecución hacia empleados municipales. Mencionó el caso de Enrique Lezana, un trabajador de planta con años de antigüedad, que fue sometido a un tribunal de disciplina por solicitar un cambio de horario para ejercer también su profesión de docente. Además, criticó la falta de respuesta del ejecutivo municipal ante una ordenanza que aprobó un bono para los trabajadores, calificando esta actitud como un acto de “ninguneo” hacia el Concejo Deliberante.
También sacó a la luz la precariedad en la que opera el Concejo Deliberante. Rosales denunció la falta de recursos básicos, como tinta para impresoras y artículos de higiene, lo que obliga a las trabajadoras a utilizar baños públicos en bares cercanos. También señaló que el equipo técnico del municipio no brinda asesoramiento legal ni contable, lo que retrasa las gestiones administrativas.
Rosales, quien se distanció políticamente del intendente tras divergencias ideológicas, afirmó que el gobierno municipal atraviesa una crisis de liderazgo, evidenciada por la renuncia reciente del secretario general. “Parece que no encuentra el rumbo”, expresó a la prensa el concejal, subrayando que su rol como órgano de contralor es garantizar la transparencia y defender los intereses de la sociedad.