domingo, 5 de enero de 2025 02:28
El ministro de Economía, Luis Caputo, calificado alguna vez por Mauricio Macri como “el Messi de las finanzas”, es consecuente con la estrategia que ha desarrollado en cada paso por la función pública, que consiste en tomar préstamos y más préstamos, y otros préstamos para pagar préstamos anteriores. Caputo alcanzó en la gestión de Macri el récord de endeudamiento para el país, tiempos en que Javier Milei lo acusaba de haberse “fumado” 15.000 millones de dólares, pero con Milei en el poder reapareció para seguir aplicando la misma receta, la única que se le conoce. Ahora, a través del Banco Central –que no fue cerrado ni dinamitado- pactó una operación de Repurchase Agreement (REPO) por 1000 millones de dólares que aportarán cinco bancos internacionales, en una operación de pase pasivo con los Bonos Para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal) como garantía. Los bancos serían el Santander, BBVA, Citi, ICBC y J.P. Morgan. Varios son los tradicionales operadores de la deuda argentina, que hicieron negocios con el endeudamiento del país. El método REPO es muy simple: Argentina inventa bonos y los vende con el compromiso de volver a comprarlos más caros. No hay mucha ciencia en el mecanismo: consigue dinero hoy para alguna urgencia y quienes le prestan se aseguran buenas ganancias y dinero fácil.
Efectivamente, el REPO implica que el que pide el préstamo le entrega al acreedor un valor (en este caso el Banco Central entrega Bopreal, bono que a su vez se lanzó para cancelar otra deuda con importadores) a cambio de una cantidad determinada de dinero y se pacta recomprarlo más adelante por un valor más elevado. Es un eslabón más en la cadena de compromisos que se toman, ya que el Gobierno aumentó mucho la deuda pública y mientras tanto negocia con el FMI un nuevo acuerdo, es decir una nueva deuda. En 2024, se realizaron pagos de deuda por más de 9,3 mil millones de dólares, lo cual demuestra que no era cierto aquello de “no hay plata”. Lo que hizo “Toto” Caputo con los REPO no es nuevo: lo mismo hizo en 2017 durante el macrismo por casi 6.000 millones de dólares. Es esa ocasión los bancos que le prestaron a Cambiemos fueron Santander, BBVA Francés, Citibank, Deutsche Bank, HSBC y J.P. Morgan. Los bancos hacen un excelente negocio, Argentina no. Caputo, dicho sea de paso, fue empleado del Deutsche Bank y J.P. Morgan.
En definitiva, una triste y eterna calesita. Estos bancos intervinieron en todas las grandes operaciones de deuda argentina en la historia reciente: desde el Blindaje y el Megacanje de la Alianza de Fernando de la Rúa hasta la cancelación a la mayoría de los fondos buitre durante los primeros meses del gobierno de Macri, pasando por las reestructuraciones de deuda realizadas en 2005 y en 2010. Todos ganan, todos se hacen cada vez más ricos y felices. Después los funcionarios saludan y se van, y al país le queda la deuda, cada vez más. Mientras tanto, se piden informes de cualquier ciudadano que mueva 600.000 pesos en su cuenta para que el ARCA ponga la lupa, al tiempo que se abren las puertas del blanqueo para que evasores y delincuentes traigan sus miles de dólares sin rendir cuentas de nada. Delicias de la “libertad”, una libertad llena de pagarés que tendrá que levantar el pueblo argentino cuando los leones se retiren de la fiesta.
El Esquiú.com