Cientos de venezolanos que residen en Buenos Aires llegaron a la Plaza de Mayo este sábado por la mañana para cumplir con la cita convocada por Edmundo González Urrutia, el opositor al régimen de Nicolás Maduro que según las actas recopiladas por sus testigos de mesas de votación -las únicas conocidas hasta el momento- y el reconocimiento de parte de la comunidad internacional, ganó las elecciones de Venezuela del pasado julio.
A días de la asunción del nuevo mandato en Venezuela -que Maduro afirma que le corresponde a él, después de que el Consejo Nacional Electoral lo proclamara ganador, sin mostrar las pruebas, mientras que González dice que será él quien jurará como nuevo mandatario-, prevista para el 10 de enero, el dirigente opositor volvió a aterrizar este viernes por la noche en Buenos Aires como cuando fue embajador en la Argentina a fines de la década de 1990.
La Argentina es la primera escala de su gira internacional previa al 10 de enero, y para eso convocó a la comunidad venezolana en el país para que lo acompañe en la Plaza de Mayo mientras él se reúne con el presidente Javier Milei en la Casa Rosada.
“¡Gracias, Argentina!”, “¡Gracias, Milei!”, “¡Edmundo presidente!”, y “¡Libertad, libertad, libertad!” son algunas de las consignas que los venezolanos corean afuera de la Casa Rosada.
“El cambio el 10 de enero lo imaginamos, lo visualizamos, pero sabemos que estamos ante un régimen dictatorial, que ha secuestrado todos los poderes”, dice a LA NACION Liset Luque, secretaria de la ONG Alianza Venezuela, en la Plaza de Mayo. “Sin embargo, los venezolanos tenemos un compromiso y la fe intacta”, añadió, antes de una fecha clave.
“Del 10 de enero espero que llegue la libertad, para así regresar a Venezuela, porque ese es el sueño de todos los que estamos aquí; no migramos por gusto”, señala por su parte Michael Cobo, un ingeniero de software venezolano que vive hace siete años en Buenos Aires, que viste la clásica camiseta “vinotinto” de su selección.
La convocatoria es aprovechada por vendedores que se instalaron en la plaza para vender productos típicos venezolanos como chicha a base arroz, tequeños y arepas. Otros comerciantes ofrecen remeras con letreros en los que se lee “Venezuela libre” o “Gloria al bravo pueblo” (la primera estrofa del himno venezolano) a entre $5000 y $7000.
Carmen Conrado, de 59 años, y hace 11 en la Argentina, elogia a Milei como un “un aliado” de la comunidad venezolana en el país. “Él siempre ha rechazado a Maduro, eso es algo que valoramos porque otros presidentes no lo han hecho, ojalá siga de esa manera porque la comunidad venezolana aquí es muy amplia”, dijo.
“Edmundo significa para nosotros una esperanza que no teníamos hace años, yo le deseo muchas bendiciones a él y a María Corona [Machado] porque sé que las van a necesitar, pelear contra un dictador es de valientes”, dice Patricia Cáceres, de 63 años, quien llegó a las 9 a la Plaza de Mayo y ondea una bandera gigante de Venezuela.
A las 11.39, Edmundo González sale al balcón de la Casa Rosada junto a su mujer, Mercedes, y Javier Milei, además de parte de su equipo, la multitud en la Plaza de Mayo estalla en gritos y euforia.
“Y va a caer y va a caer, este gobierno va a caer”, cantan, por un lado, en relación al régimen de Maduro. “¡Presidente, presidente!”, le gritan a González.
Unos quince minutos más tarde, el opositor venezolano deja la Casa Rosada y, de a poco, los seguidores venezolanos comienzan a hacer lo mismo.
“Pronto a reunirme con el presidente de Argentina, Javier Milei, con quien compartiré mis experiencias en Buenas Aires como diplomático durante los años 1998-2002 y cómo, 22 años después, regreso como presidente electo de mi país”, escribió González en su cuenta de X poco antes del encuentro.
“Hablaremos sobre la situación política venezolana, su impacto en la región y sobre los días por venir”, agregó, y citó un artículo de la Constitución venezolana sobre el derecho al libre tránsito en su país, en momentos en que hay un conflicto bilateral entre ambos países por la detención del gendarme argentino Nahuel Gallo en Venezuela -en un paradero aún desconocido- y en que el régimen chavista ofrece una recompensa de 100.000 dólares para capturar a González.
“Desde Buenos Aires, les enviamos un cordal y afectuoso saludo, en especial a todos los presos políticos y a los que se encuentran asilados en la embajada argentina en Caracas; esa es y será nuestra preocupación en todas las conversaciones que sostendremos en Buenos Aires”, dijo también Edmundo González en un video difundido por Comando por Venezuela, el espacio que lidera María Corina Machado, quien estuvo impedida de presentarse como candidata en las elecciones del 28 de julio, motivo por el cual se postuló en su lugar González. Cinco asesores de la líder opositora están refugiados desde marzo en la sede diplomática argentina para evitar ser detenidos por el régimen y sus condiciones son cada vez más precarias. Desde que se rompió el vínculo bilateral, el edificio es custodiado por Brasil.
Según el 83% de las actas de escrutinio recolectadas por los fiscales de la oposición, González ganó las elecciones presidenciales frente a Nicolás Maduro con el 67,1% de los votos frente al 30,4% del mandatario chavista. A más de cinco meses desde la votación, el Consejo Nacional Electoral (controlado por el régimen) aún no publicó ninguna acta o resultado detallado que compruebe el supuesto triunfo de Maduro.
En la Argentina hay más de 200.000 migrantes venezolanos, pero solo fueron habilitados para votar 2600 por los obstáculos impuestos por el régimen para el empadronamiento de los venezolanos en el exterior.
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