Los pases de Giuliano Galoppo y Matías Rojas a River fueron sacudón en este mercado de pases para Boca. Dos futbolistas que estuvieron en la carpeta xeneize y terminaron eligiendo ir a la otra vereda. Esa situación empezó a generar cierta preocupación en Fernando Gago. No sólo porque se los sopló el clásico rival, sino fundamentalmente porque hasta el momento cuenta con un solo refuerzo y una amplia lista de nombres en veremos, por salir buscar.
Es que Pintita a esta altura esperaba contar con al menos tres refuerzos para el arranque de la pretemporada, teniendo en cuenta que la competencia oficial arrancará muy pronto con la Copa Argentina, el torneo Apertura y luego, en febrero, la fase preliminar de la Copa Libertadores. Y como todo DT, quería tener a los nuevos futbolistas lo antes posible.
Para colmo, no hay negociación que le resulte sencilla a Boca. Hay jugadores que le costaron por los menos tres mercados de pases poder cerrarlos. Tal es el caso de Carlos Palacios, al que buscó y quiso a principios y mediados de 2024, pero pudo concretar recién en diciembre.
La situación con Galoppo era similar. Boca se contactó en julio y no pudo llegar a un acuerdo. Probó suerte otra vez a fin de año, tire y afloje de nuevo, que el dinero, que el salario, que las ganas del jugador. Pero apareció River, Marcelo Gallardo lo llamó y -según cuentan desde Brasil- le habría ofrecido el mismo salario que percibía en San Pablo. Cerrado en 24 horas.
Parecido fue caso el de Matías Rojas. Si bien no fue una prioridad absoluta y tampoco fueron a fondo por él, Riquelme lo buscó tiempo atrás cuando estaba en Racing y Gago lo tenía en su lista para este mercado. Y también terminó en Núñez, otra vez gracias a una rápida y directa gestión dirigencial.
Otos casos
Galoppo y Rojas no fueron los únicos casos en este libro de pases. Claudio Aquino fue uno de los apuntados por Boca a mitad de año, pero ahora que quedó con el pase en su poder y salió libre de Vélez, el llamado de Riquelme no llegó y terminó en Colo Colo. Y similar fue lo que ocurrió con Gastón Giménez, uno de los pedidos de Gago para el mediocampo, quien pasó finalmente de Chicago Fire de la MLS a Cerro Porteño. Lo que generó un primer fastidio en el entrenador xeneize.
Lo llamativo del caso es que Pintita cerró el 2024 con buen pronóstico, trabajando codo a codo con el Consejo de Fútbol en materia de refuerzos y con las expectativas muy altas. Lo que pasó esta semana no quiere decir que haya bajado los brazos o que esté decepcionado; tanto no. Pero sí es una señal de alerta, un llamado de atención, sobre todo por el porvenir.
Porque si lo que viene de por sí ya era importante, ante este nuevo escenario con refuerzos que pretendía para jugar la Copa Libertadores e ir armando el plantel para el Mundial de Clubes y que no llegaron, ahora pasó a tener muchísima más relevancia lo que pase de aquí en más en el mercado.